En estos días me enteré sobre “El movimiento de los responsables”, que es una tendencia ciudadana que busca adoptar una visión más proactiva ante los problemas de la sociedad, transformando el victimismo y la indignación en una revolución pacífica y silenciosa, sin manifestaciones ni protestas. Esta idea resonó profundamente con mis creencias, razón por la cual he creado esta moción.
No me interesa hacerle publicidad a este movimiento, pero si creo que todos deberíamos cambiar nuestra forma de afrontar los problemas sociales, económicos y ambientales que nos aquejan, siguiendo el principio de “hacernos responsables” en vez de “hacer responsables a otros”.
Muchos nos quejamos de la contaminación del planeta y criticamos al gobierno o a las organizaciones por no hacer nada o por no hacer suficiente, pero la realidad es que nosotros somos igualmente parte del problema. Somos nosotros los que preferimos salir en vehículo particular en vez de tomar el transporte público ecológico, empeorando el tráfico y la emisión de gases tóxicos. Somos nosotros los que seguimos pidiendo bolsas plásticas, pitillos o cubiertos desechables para un sólo uso. Somos nosotros los que compramos agua embotellada en vez de llevar un termo. Somos nosotros los que compramos frutas y verduras empacadas en plástico en vez de comprarlas al natural y tener que prepararlas en casa. Somos nosotros los que compramos productos que sabemos son diseñados para ser obsoletos en corto plazo. Y así, somos responsables de muchas cosas. Por lo tanto, en vez de querer cambiar al mundo a través de manifestaciones o protestas que no siempre son pacíficas, podemos cambiarlo cambiando nuestros hábitos de vida y consumo.
De igual forma, muchos criticamos la corrupción y que las instituciones del Estado no hacen nada, pero somos los primeros en pagar para “saltarnos” un proceso, o en pedir favores a los que tienen posiciones de poder, o en enseñarles a nuestros hijos a tener malicia indígena o a aprovechar si les dan papaya, o en pensar siempre en nosotros mismos por encima de los demás. Todos estos casos son la causa de la corrupción y la revindicamos día a día. Y de nuevo, en vez de quejarnos y hacernos las víctimas, creo que debemos hacernos responsables y cambiar nuestros hábitos y creencias.
Y también, muchos criticamos la falta de empleo y esperamos que el Estado o las empresas hagan algo, en vez de considerar qué podemos hacer nosotros mismos para generar empleo en el país. O cuestionamos las brechas sociales pero no hacemos nada para reducirlas.
Por consiguiente, la invitación es que todos nos hagamos responsables de nuestras propias acciones sin esperar nada de nadie. Seguramente el cambio no será inmediato, pero estoy seguro que será una revolución silenciosa y pacífica que dará mejores resultados que seguir quejándonos o manifestándonos por todo lo que consideramos está mal.
El mundo sólo cambiará cuando nuestras acciones sean coherentes con nuestras palabras. ¡Seamos responsables!
Imagen de Tara Winstead en Pexels.