Moción: tu peor enemigo eres tú

Hombre mirandose a sí mismo en un celular

Muchas personas desconocen que viven en el auto-engaño, razón por la cual se convierten en su peor enemigo sin darse cuenta. Estas personas suelen ser aquellas que afirman “así soy yo”, como excusa para no intentar cosas nuevas o perseguir sus sueños.

Es por este motivo que no me gustan las cosas que tienden a crear estereotipos porque muchas personas no entienden que sólo son guías, más no verdades en piedra. Los test de personalidad, liderazgo o aprendizaje, por ejemplo, son muy útiles para servir de punto de referencia, más no significa o no deberían interpretarse como estándares universales e inamovibles.

Es decir, que si un test dice que tu personalidad es servicial, tu estilo de liderazgo es directivo o que tu forma de aprendizaje es visual, eso no significa que así has sido siempre, que así eres y que no puedes hacer nada al respecto, sino que hoy, en esta foto, basados en tus respuestas, te ubicas en este estereotipo. Ya lo que decidas hacer con esa información es decisión tuya. Puedes decidir cambiar aspectos para que en una próxima foto estés en otro estereotipo o puedes seguir igual, sin cambiar nada, auto reforzando tu creencia de que así eres y que no hay nada que puedas hacer al respecto.

Por lo tanto desconfío profundamente de los signos zodiacales, las generaciones cósmicas o cualquier otra teoría que intente determinar cómo somos los seres humanos porque creer en ese determinismo nos lleva al auto-engaño y no permite que crezcamos como seres humanos. Pensar que según el mes del año en que nacimos, o bajo qué fase lunar, o que los pecados de cinco generaciones atrás determinan nuestra personalidad y lo que podemos ser o hacer desde que nacemos, me parece que nos convierte en nuestro peor enemigo.

No permitas que un estereotipo te encasille. Si no estás conforme con tu vida, cámbiala. No te limites sólo por pensar que “así eres” y que no puedes hacer nada al respecto. Deja de auto-engañarte y libera tu potencial, tus deseos y tu confianza en ti mismo.

Espero te haya gustado esta moción y déjame en los comentarios cuál ha sido tu mayor auto-engaño.



*Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

Moción: ¿percepción o realidad?

Adulto mayor con gafas de realidad virtual

Con frecuencia noto en los medios de comunicación que frente a algunos temas, como por ejemplo la situación de inseguridad en las ciudades, los periodistas preguntan si es realidad o percepción, como si fuesen dos cosas diferentes. Sin embargo, la realidad no es otra cosa que el producto de nuestra percepción.

¿Es el chocolate sabroso en realidad o en percepción? Pues para todos aquellos a quienes les gusta el chocolate, este será delicioso, y para quienes no les gusta será desagradable. Así al 99% de la población le guste el chocolate, esto no significa que el chocolate sea algo sabroso en realidad, sencillamente la mayoría percibe el chocolate como algo que sabe agradable.

¿El temor a las mariposas es realidad o percepción? Pues para quienes le tienen pavor a las mariposas es algo muy real. Sin embargo, probablemente el 99% de la población no perciba las mariposas como algo peligroso así que no es real para ellos.

O ¿Es realidad o percepción un arcoiris? Pues físicamente el arcoiris no está ahí donde lo vemos, pero gracias a nuestra percepción sabemos de su presencia. Es decir que es real porque lo percibimos.

Por lo tanto, el tema de inseguridad en las ciudades, al igual que todos los temas, no se resuelve preguntando si es realidad o percepción. La pregunta tal vez de fondo es ¿por qué pese a que las cifras muestran mejores indicadores de seguridad, las personas se sienten más inseguras?.  

Un factor que influye creo yo es que los medios y las redes nos bombardean constantemente con noticias violentas, generando una percepción generalizada de inseguridad.  Sin esas noticias, sólo conoceríamos lo que nos pasa a nosotros mismos o a nuestros conocidos cercanos.

Por dar un ejemplo, digamos que en la esquina del barrio se reúnen siempre un grupo de jóvenes. Excepto que uno los vea robando, vendiendo droga, peleando o haciendo algún otro hecho que produzca la percepción de que es inseguro pasar cerca de ellos, uno pasará sin preocupación. Ahora bien, si varias personas empiezan a mandar mensajes negativos sobre ellos, entonces todo el barrio comenzará a temer por su seguridad, sin que haya evidencia alguna de que sean malas personas.

Por lo tanto, no importará que ellos mismos se consideren como buenas personas si todo el barrio los percibe como criminales. En cifras el barrio puede no tener ni un acto inseguro, sin embargo todos perciben el barrio como inseguro.

Y otro factor tiene que ver con la gravedad o severidad. Por ejemplo, una ciudad con cifras muy elevadas de robos, a manos de carteristas, puede ser percibida como más segura que una ciudad que tenga muy pocos robos, pero que hayan sido muy violentos. Que nos roben la billetera sin darnos cuenta genera una percepción muy diferente a perder la vida por el robo de la misma billetera.

Por consiguiente, es importante recordar que nuestra percepción construye nuestra realidad. Y que si no queremos crear percepciones o realidades infundadas, es mejor si hacemos un filtro adecuado de lo que compartimos en redes o con nuestros conocidos. Si no tenemos certeza de los hechos, probablemente sea mejor no compartirlo. O si el compartirlo no va a ayudar a producir más seguridad, entonces podría ser mejor no hacerlo.

¿Qué opinas tu?, ¿Todavía crees que la realidad y la percepción son diferentes? Y ¿cómo crees que podemos mejorar la percepción de inseguridad?



* Imagen de Andrea Piacquadio en Pexels.

Moción: codificando nuestra realidad

Mujer con código proyectado

En estos días he estado investigando sobre lenguajes de programación y me he llevado una grata sorpresa al ver cómo funcionan para poder crear software, videojuegos, páginas web, aplicaciones y demás. Obviamente son una réplica de la forma en que nosotros mismos construimos nuestra realidad a través de nuestro lenguaje, pero no obstante, creo que nos permite mirarnos a nosotros mismos desde otra perspectiva y aprender un poco de ellos.

Lo primero es que cada comando tiene un propósito. Cada afirmación que se escribe para codificar tiene un objetivo claro. En teoría nuestra comunicación funciona igual, cada afirmación o cada información que compartimos tiene un propósito, pero desafortunadamente nos olvidamos de esto. Nos comunicamos de forma automática, replicando viejos códigos, sin pensar en qué queremos lograr. Por lo tanto, para mejorar nuestra realidad, debemos hacer que cada comunicación tenga un objetivo.

Lo segundo es que el código se entrelaza por capas o niveles, respetando la jerarquía.  Por lo tanto, uno puede querer cambiar algo en un nivel, pero si otro nivel tiene más jerarquía, entonces los cambios no suceden como uno quiere. En la vida creo que es igual, muchas veces nos preguntamos por qué las cosas no pasan como deseamos y es probablemente porque estamos abordando la causa del problema donde no está. Debemos ir más profundo para atacar el aspecto con mayor jerarquía para lograr nuestras metas.

Por ejemplo, creo que hay personas que fuman, comen o beben por gusto o como resultado de otro problema como la ansiedad. En el caso de hacerlo por gusto, creo que muchas personas logran dejar de fumar, beber o comer inadecuadamente cuando reconocen que es un problema para su salud. Sin embargo, en el caso de los problemas de fondo, si las personas se centran en dejar de fumar, pero no en atacar la ansiedad, entonces puede que dejen de fumar, pero ahora empezarán a comer pues el código principal permanece.

Y tercero, cuando el código está muy denso, es cada vez más complicado editarlo para que haga lo que realmente queremos. Un cambio en un lado puede tener repercusiones en otro lado inesperado. Lo mismo creo que nos pasa a nosotros mismos. Nos hemos ido llenando de juicios, valores, creencias y códigos que ya ni siquiera sabemos que están ahí, pero que dictan nuestro comportamiento. Por eso es importante hacer una limpieza del código de vez en cuando. Es importante reflexionar sobre nosotros mismos para detectar que nos limita y así buscar la forma de eliminar esa limitante o de modificarla.

Espero estos tres aprendizajes (comunicar con propósito, buscar las causas raíces y depurar lo que sobra o no sirve) te ayude a codificar una mejor realidad para ti y los tuyos. Recuerda que la realidad es el resultado de nuestras propias historias, de nuestro código interno.


También se puede ver la moción en YouTube:


*Imagen de ThisIsEngineering en Pexels

Moción: La justicia es subjetiva

Justicia

Muchos pueden pensar que la justicia debe y puede ser objetiva para que sin lugar a dudas se tomen decisiones basadas en la “verdad” de los hechos. Sin embargo, muchos olvidamos que la justicia también es subjetiva pues está presente la subjetividad del victimario, de la victima y del juez, como mínimo. Esto, sin considerar todos los demás involucrados en un caso.

Por lo tanto, excepto que haya pruebas irrefutables de los hechos cometidos y que contengan la confesión del delito, el proceso tiende a volverse un tire y afloje de subjetividades. Y aún, con pruebas claras y concretas, la justicia también analiza los motivos, que en todo caso son personales y subjetivos, razón por la cual termina siendo la condena una decisión subjetiva.

Por ejemplo, en video puede aparecer el momento específico de un aparente atraco, asesinato o acto de corrupción. Sin embargo, así se sepa quién disparó, robó o pagó, no se tiene más contexto de la realidad y de los motivos que llevaron a esa situación.  El ladrón podría ser alguien que buscaba recuperar sus pertenencia previamente robadas, el asesino podría ser alguien defendiendo su vida y la de su familia, y el que realiza el pago podría estar haciendo algo legal, o un acto ilegal pero no necesariamente un acto de corrupción. 

Los testigos por su parte, como buenos humanos, pueden creer haber visto u oído algo que realmente no era, o pueden confundir rostros o fechas, según su estado mental y emocional. Y claro, pueden tener motivos ocultos para mentir, como proteger a un ser querido o por necesidad o miedo.

En todo caso, y aún con pruebas y confesión, luego se necesita determinar el motivo o la intención, que aún con confesión puede ser una verdad a medias o una mentira.  Un contrabandista de drogas puede ser detenido en flagrancia pero según su testimonio y colaboración, el delito puede ser uno u otro, al igual que el castigo. Un asesinato con dolo o culpa es diferente ante la ley y tiene castigos y penas diferentes. Un robo puede tener situaciones atenuantes. Y así, todos los casos.

La ley es un papel, un texto, que debe interpretarse. Y los hechos siempre tienen multiples versiones e interpretaciones, así que pensar en una justicia objetiva es pedir un imposible. Lo que debemos hacer es crear mecanismos para recopilar la mayor cantidad posible de pruebas para que las instituciones tengan las herramientas para minimizar la subjetividad a tal punto que sea razonable para todos los involucrados la decisión final.

Por lo tanto, debemos denunciar cada vez que somos víctimas o testigos de un delito. Y si podemos, debemos tomar videos, fotos o audios de los delitos y compartirlos con las autoridades, no en las redes sociales. De esta forma le damos herramientas al sistema para minimizar la subjetividad, más no para erradicarla.

¿Cuál es tu opinión al respecto?


La moción puede ser vista también en YouTube:


*Imagen de Sang Hyun Cho en Pixabay.

Moción: Cobra Kai – La serie

Cobra Kai

He de aceptar que por algún tiempo me resistí a ver la serie de Netflix denominada “Cobra Kai” por pensar que sería una mala adaptación de las películas de “Karate kid”. Sin embargo tengo que reconocer que la serie me ha gustado, especialmente por la forma en que manejan la relación entre Johnny Lawrence y Daniel LaRusso, porque demuestran que la realidad es subjetiva y que sólo enfocándonos en las cosas que nos unen podemos construir relaciones positivas

Por un lado, la serie muestra otra faceta de Johnny Lawrence. El abusador de la película original se ha convertido en un “perdedor” sin propósito tras su encuentro con Daniel LaRusso. En este contexto, Johnny pasó de victimario a victima, convenciéndose a sí mismo que su fracaso es responsabilidad de LaRusso, negando su propia responsabilidad.

Por otro lado, Daniel se ha transformado en un hombre de negocios exitoso. En esta nueva faceta, parece haber olvidado sus orígenes humildes y de alguna forma se ha convertido en una persona que por creer estar en lo correcto, termina imponiendo su realidad, afectando a las demás personas. Es decir que Daniel sin darse cuenta ha pasado de ser víctima a victimario.

Por lo tanto, este sólo elemento ya hace interesante la serie porque nos demuestra que no hay bueno y malo, no hay victima y victimario, no hay correcto o incorrecto, pues todos estos conceptos no son más que construcciones mentales y sociales que hemos construido basados en nuestras experiencias previas. Es por esto que ambos se ven como enemigos y tienen problemas para entenderse.

Este aspecto de la relación introduce el segundo elemento que me llamó la atención. Y es que las pocas veces en que se olvidan que son enemigos, parece que encuentran que comparten mucho en común y que podrían ser grandes amigos. Sin embargo, siempre hay algún detonante que los convierte nuevamente en enemigos.

Lo importante es que estos enemigos jurados de vez en cuando olvidan sus rencores y se convierten en grandes amigos. Esto sucede porque dejan de enfocarse en las cosas que los separan y se concentran en las cosas que tienen en común. Si esto lo hiciéramos todos, nos daríamos cuentan que aún entre los mal llamados “enemigos”, hay muchos aspectos sobre los que se puede construir.

En conclusión, dejo a cada quien su interpretación sobre la serie, pero invito a todos a reconocer que nuestra verdad no siempre es la realidad de los demás, y que aún entre personas con intereses opuestos, hay aspectos sobre los que podemos construir conjuntamente.


Pueden ver la moción en YouTube:


*Foto: Cobra Kai – Netflix

Moción: ¿es el bien y el mal una definición absoluta?

En estos días intenté, fallidamente, tener una conversación con un amigo sobre el bien y el mal como términos absolutos pues se escucha mucho en estos momentos expresiones que pretenden dividir la población entre los buenos y los malos. Y cómo siempre, mi pregunta es… ¿Según quién? o ¿acuerdo con qué perspectiva? Porque para muchos, los malos son los marchantes y para otros muchos, los malos son los policías o el gobierno, por dar un ejemplo. Entonces, o todos estamos equivocados o efectivamente debemos entender que la realidad es subjetiva y los términos varían según cómo se interpreten.

Los buenos en general parecerían ser los que se comportan adecuadamente según mi cultura y mis creencias, mientras que los malos son los que no. Capitalistas vs socialistas, católicos vs musulmanes e izquierda vs derecha, son solo algunos ejemplos, en donde las personas que creen en esas filosofías consideran que sólo quienes persiguen los mismos ideales son buenos mientras que los que persiguen otros ideales son malos.

Ahora bien, si centramos el argumento es las acciones buenas o malas y no en las personas, podríamos pensar que el resultado es diferente, pero la conclusión será la misma. Por ejemplo, robar, mentir o matar, parecerían ser actos universalmente malos, sin embargo, ¿es malo el oficial que ejecuta la condena de pena de muerte porque así lo determina la ley?, ¿es malo el soldado que asesina a un combatiente ilegal?, ¿son malos los padres por mentir a sus hijos sobre la existencia de Papá Noel?, ¿somos malos por mentir sobre información que sabemos puede hacer sentir mal a los demás?, ¿es malo el que se encuentra un billete en la calle y se queda con él? o ¿es malo quien roba a un ladrón para devolver la plata a sus dueños o repartirla entre los más necesitados?.

Bajo ese concepto, si es la acción en si misma la que es absolutamente buena o mala, entonces no deberíamos cometerla nunca, bajo ninguna circunstancia, pero lo más probable es que muchos decidamos cometer ciertas “malas” acciones buscando un mayor “bien”. Y esa decisión se basa en la interpretación de lo que consideremos es un mal menor y/o un bien mayor, lo cual dependerá según nuestras creencias y cultura.

Por lo tanto, la próxima vez que juzgues a los demás como “buenos” o “malos” o recrimines ciertas acciones como “buenas” o “malas”, ten en cuenta que en muchos casos las personas no son ni hacen ciertas acciones por el deseo inherente de ser malos o hacer actos de maldad, sino que probablemente lo hacen pensando que a través de esos actos están alcanzando un bien mayor.

Ahora bien, esto no significa que si estos actos son sancionables por la ley local, no deban serlo, pues por ahora son un consenso de la población y deben cumplirse para garantizar la estabilidad social. Lo que no significa, es que por hacerlo, sean “malos” y deban ser eliminados por los “buenos”. Todos somos buenos y malos en alguna extensión del término o según alguna interpretación. ¡Recuérdalo!


También puedes ver la moción en el canal de YouTube:

Moción: la magia del disfraz.

Halloween, el día de los niños, el día de los muertos o como queramos llamarlo según nuestras tradiciones y creencias, nos ofrece una oportunidad única al año para recrear y experimentar otra realidad gracias a la magia del disfraz. Por lo tanto, aprovechando que se acerca esta festividad, quiero compartirles mis reflexiones al respecto e invitarlos a que me compartan las suyas.

La magia del disfraz no es algo exclusivo del 31 de octubre. Desde tiempos antiguos, los carnavales con sus máscaras y antifaces servían como mecanismo para dejar salir las presiones de la sociedad, puesto que con ellas todos se transformaban en seres indistinguibles por estatus económico, afiliación política, raza o género, entre otros. Este hecho de no poder ser reconocidos, no sólo eliminaba las barreras sociales, económicas y culturales, sino que además permitía que se hiciera una crítica o sátira de la sociedad vigente, sin posibilidad o necesidad de castigo. Era un día al año, en dónde todos eran iguales y podían expresarse sin temor.

Aún hoy en día, en ciudades como Pasto, Nariño, el carnaval mantiene esa esencia, así no se usen máscaras o antifaces. Cuando todos los asistentes están cubiertos de blanco debido al talco o a la espuma, o de negro gracias al betún, todos se vuelven indistinguibles y se transforman en un único cuerpo social celebrando la vida. Y sus muñecos, comparsas y estructuras de años viejos, les permiten hacer críticas y sátiras del gobierno y del mundo, con la esperanza de que el próximo año la realidad será mejor. Es un momento único al año, en donde todos celebran la vida y su deseo de una realidad mejor, sin distinciones.

Ahora, para los que no contamos con carnavales en nuestras ciudades, le celebración del halloween ofrece o podría ofrecer algo similar. Es un momento idóneo para eliminar paradigmas, creencias y dogmas que nos limitan, gracias a que podemos experimentar un mundo diferente, sin críticas ni prejuicios. Nos permite ser por un día, aquello que soñamos ser pero que no nos atrevemos. Nos ofrece la posibilidad de expresarnos libremente, sin el temor a la crítica social. Sirve de ventana a otro mundo y quizás, uno mejor.

El disfraz permite que hombre y mujeres intercambien roles, o que el ser feo y terrorífico sea motivo de alabanza, o que el tímido sea sensual y atrevido, o que el bandido sea policía, o que el corrupto sea honesto, entre muchas opciones.

Por lo tanto, ojalá todos los días fueran halloween, no para poder disfrazarnos, sino para poder quitarnos el disfraz de la “normalidad” y sentir finalmente que podemos ser nosotros mismos, sentir que sin importar cómo luzcamos seremos aceptados, sentir que nadie nos criticará por ser diferentes, y sentir que podemos ser la mejor versión de nosotros mismos. Ojalá ese día al año, donde todos somos iguales, indistinguibles y que podemos opinar sin temor, se convirtiera en la realidad de todos los días.

¿Qué piensan ustedes?

Los invito a dejar sus reflexiones y sus fotos de halloween. ¡Feliz día!


También pueden disfrutrar la moción en video:

Moción: el dilema de las redes sociales.

Hace mucho tiempo que no hago una moción sobre una película, pero creo que el documental / drama de Netflix denominado “El dilema de las redes sociales” lo merece porque creo que todos deberíamos verlo para sacar nuestras propias conclusiones. Estas son las mías:

1. Las Inteligencias Artificiales (IA) nos están destruyendo. No porque sean malas, sencillamente porque las hemos diseñado para hacer todo lo posible para atraer nuestra atención con el objetivo de monetizarla. De esta forma, nos imponen un filtro inconsciente sobre la realidad, al mostrarnos sólo cosas que nos gustan, porque hay mayor posibilidad de que “consumamos” algo que nos gusta. Esto reduce nuestra capacidad de ver cosas y opiniones diferentes, lo que reduce nuestra capacidad de simpatía, respeto y tolerancia por lo diferente. Nos polarizan, sin darnos cuenta.

2. El Big Data está rediseñando nuestras narrativas, definiendo quienes somos. Nosotros somos el resultado de nuestras propias historias y de los cuentos que nos contamos sobre nosotros mismos, de forma consciente o inconsciente. No obstante, las empresas poseen ahora tanta información de nosotros y la pueden usar de forma consciente para lograr un objetivo, haciendo que sean mejores a la hora de predecir nuestro comportamiento y a la hora de crear las historias que nos definen. Construyen nuestros gustos, nuestras decisiones e incluso nuestras creencias.

3. Nos estamos devaluando como producto. El producto que venden las redes sociales somos nosotros mismos, nuestra información y nuestra atención. Y entre más tiempo pasamos en ellas y más consumimos a través de ellas, más atractivos somos, por lo que el esfuerzo por mantenernos conectados será aún mayor. Adicionalmente, al igual que cualquier producto en el mundo capitalista, entre más acceso, menor valor. Es decir que entre más redes sociales tienen acceso a nosotros y entre más tiempo pasemos en ellas, más baratos somos. Por lo tanto, somos más productivos y costamos menos, lo que nos convierte en mano de obra barata, por no decir esclavos del sistema.

Por lo tanto, creo que debemos empezar a aplicar algunas de estas ideas:

1- Deliberadamente sigamos a personas que piensen diferente e interactuemos con cosas que no nos gustan. Así eliminamos el sesgo y la polarización en las cosas que consumimos en redes.

2- No tomemos decisiones sólo basándonos en lo que aparece en redes sociales. Consultemos con personas reales, familiares y amigos.

3- Saboteemos al sistema de vez en cuando, dando clics a cualquier cosa, buscando cosas opuestas y haciendo cosas inesperadas, para que el sistema no pueda definirnos. No nos dejemos encasillar y disfrutemos los nuevos descubrimientos.

4- Valoricémonos como producto. No pasemos tanto tiempo en las redes, cerremos las que casi no usamos, eliminemos las notificaciones y cancelemos las suscripciones a listas de correos de cosas que realmente no estamos buscando conscientemente en este momento.

¿Y cuales son tus conclusiones?


Puedes también ver el video: