Moción: la magia del disfraz.

Halloween, el día de los niños, el día de los muertos o como queramos llamarlo según nuestras tradiciones y creencias, nos ofrece una oportunidad única al año para recrear y experimentar otra realidad gracias a la magia del disfraz. Por lo tanto, aprovechando que se acerca esta festividad, quiero compartirles mis reflexiones al respecto e invitarlos a que me compartan las suyas.

La magia del disfraz no es algo exclusivo del 31 de octubre. Desde tiempos antiguos, los carnavales con sus máscaras y antifaces servían como mecanismo para dejar salir las presiones de la sociedad, puesto que con ellas todos se transformaban en seres indistinguibles por estatus económico, afiliación política, raza o género, entre otros. Este hecho de no poder ser reconocidos, no sólo eliminaba las barreras sociales, económicas y culturales, sino que además permitía que se hiciera una crítica o sátira de la sociedad vigente, sin posibilidad o necesidad de castigo. Era un día al año, en dónde todos eran iguales y podían expresarse sin temor.

Aún hoy en día, en ciudades como Pasto, Nariño, el carnaval mantiene esa esencia, así no se usen máscaras o antifaces. Cuando todos los asistentes están cubiertos de blanco debido al talco o a la espuma, o de negro gracias al betún, todos se vuelven indistinguibles y se transforman en un único cuerpo social celebrando la vida. Y sus muñecos, comparsas y estructuras de años viejos, les permiten hacer críticas y sátiras del gobierno y del mundo, con la esperanza de que el próximo año la realidad será mejor. Es un momento único al año, en donde todos celebran la vida y su deseo de una realidad mejor, sin distinciones.

Ahora, para los que no contamos con carnavales en nuestras ciudades, le celebración del halloween ofrece o podría ofrecer algo similar. Es un momento idóneo para eliminar paradigmas, creencias y dogmas que nos limitan, gracias a que podemos experimentar un mundo diferente, sin críticas ni prejuicios. Nos permite ser por un día, aquello que soñamos ser pero que no nos atrevemos. Nos ofrece la posibilidad de expresarnos libremente, sin el temor a la crítica social. Sirve de ventana a otro mundo y quizás, uno mejor.

El disfraz permite que hombre y mujeres intercambien roles, o que el ser feo y terrorífico sea motivo de alabanza, o que el tímido sea sensual y atrevido, o que el bandido sea policía, o que el corrupto sea honesto, entre muchas opciones.

Por lo tanto, ojalá todos los días fueran halloween, no para poder disfrazarnos, sino para poder quitarnos el disfraz de la “normalidad” y sentir finalmente que podemos ser nosotros mismos, sentir que sin importar cómo luzcamos seremos aceptados, sentir que nadie nos criticará por ser diferentes, y sentir que podemos ser la mejor versión de nosotros mismos. Ojalá ese día al año, donde todos somos iguales, indistinguibles y que podemos opinar sin temor, se convirtiera en la realidad de todos los días.

¿Qué piensan ustedes?

Los invito a dejar sus reflexiones y sus fotos de halloween. ¡Feliz día!


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