Muchos pueden pensar que la justicia debe y puede ser objetiva para que sin lugar a dudas se tomen decisiones basadas en la “verdad” de los hechos. Sin embargo, muchos olvidamos que la justicia también es subjetiva pues está presente la subjetividad del victimario, de la victima y del juez, como mínimo. Esto, sin considerar todos los demás involucrados en un caso.
Por lo tanto, excepto que haya pruebas irrefutables de los hechos cometidos y que contengan la confesión del delito, el proceso tiende a volverse un tire y afloje de subjetividades. Y aún, con pruebas claras y concretas, la justicia también analiza los motivos, que en todo caso son personales y subjetivos, razón por la cual termina siendo la condena una decisión subjetiva.
Por ejemplo, en video puede aparecer el momento específico de un aparente atraco, asesinato o acto de corrupción. Sin embargo, así se sepa quién disparó, robó o pagó, no se tiene más contexto de la realidad y de los motivos que llevaron a esa situación. El ladrón podría ser alguien que buscaba recuperar sus pertenencia previamente robadas, el asesino podría ser alguien defendiendo su vida y la de su familia, y el que realiza el pago podría estar haciendo algo legal, o un acto ilegal pero no necesariamente un acto de corrupción.
Los testigos por su parte, como buenos humanos, pueden creer haber visto u oído algo que realmente no era, o pueden confundir rostros o fechas, según su estado mental y emocional. Y claro, pueden tener motivos ocultos para mentir, como proteger a un ser querido o por necesidad o miedo.
En todo caso, y aún con pruebas y confesión, luego se necesita determinar el motivo o la intención, que aún con confesión puede ser una verdad a medias o una mentira. Un contrabandista de drogas puede ser detenido en flagrancia pero según su testimonio y colaboración, el delito puede ser uno u otro, al igual que el castigo. Un asesinato con dolo o culpa es diferente ante la ley y tiene castigos y penas diferentes. Un robo puede tener situaciones atenuantes. Y así, todos los casos.
La ley es un papel, un texto, que debe interpretarse. Y los hechos siempre tienen multiples versiones e interpretaciones, así que pensar en una justicia objetiva es pedir un imposible. Lo que debemos hacer es crear mecanismos para recopilar la mayor cantidad posible de pruebas para que las instituciones tengan las herramientas para minimizar la subjetividad a tal punto que sea razonable para todos los involucrados la decisión final.
Por lo tanto, debemos denunciar cada vez que somos víctimas o testigos de un delito. Y si podemos, debemos tomar videos, fotos o audios de los delitos y compartirlos con las autoridades, no en las redes sociales. De esta forma le damos herramientas al sistema para minimizar la subjetividad, más no para erradicarla.
¿Cuál es tu opinión al respecto?
La moción puede ser vista también en YouTube:
*Imagen de Sang Hyun Cho en Pixabay.