Moción: 1er mandamiento humano: “respetar a todos los seres vivos”.

Apretón de manos con mensajes de respeto en inglés

Escribir estas mociones me ha llevado a tener un enfoque cada vez más humanista, depositando mi confianza en que algún día reconoceremos que todos somos humanos, independientemente de nuestras diferencias, y que todos vivimos en este planeta llamado “Tierra”, que no tiene reemplazo por ahora.

Por lo tanto, si bien respeto y admiro profundamente a aquellos que creen en un dios y depositan su fe en él, mi invitación más humana es a creer en nosotros mismos y a depositar nuestra confianza en nosotros, pues son nuestros pensamientos y acciones los que definen nuestra realidad.

Por consiguiente, quiero invitarlos hoy a que rijamos nuestros pensamientos y acciones bajo el que considero debería ser el primer mandamiento humano: “Respetar a todos los seres vivos”. Sólo a través del respeto a los demás, y al planeta en general, seremos capaces de poder vivir felices, en paz y garantizando nuestra subsistencia.

El respeto no exige que nos amemos los unos a los otros, pero si que reconozcamos el valor del otro. Independientemente de si el otro es mi victimario, mi oponente o mi diferente, todos merecen un trato digno y respetuoso. Igualmente pasa con el planeta, pues independientemente de que ciertos animales o plantas me parezcan lindos, miedosos o amenazantes, todos tienen valor para garantizar la coexistencia.

Así como acabar con las abejas o tiburones, por el miedo a que nos piquen o nos muerdan, traería graves consecuencias para el planeta y para nosotros mismos, de igual forma considerar acabar con los que son o piensan diferente a nosotros sería acabar con nuestra propia humanidad.

De forma similar, el respeto no implica que no haya conflictos, pero si nos ayuda a regularlos. Podemos pelear o discutir todo lo que queramos, podemos incluso odiarnos, pero siempre con respeto, dignidad y valorando la vida de los demás.

Y tampoco implica que no podamos “usarnos”. Todos dependemos de las plantas, los animales y de otros seres humanos para vivir, así que nos usamos mutuamente para garantizar nuestra supervivencia o nuestros deseos. Pero este “usarnos” no implica maldad, egoísmo, explotación o exterminio, implica un trato respetuoso, reconociendo la dignidad y el valor de la vida de todos los seres vivos.

Los invito nuevamente a que el respeto por todos los seres vivos sea el mandamiento que determine nuestro pensar y actuar diario, para poder construir un mundo viable y mejor para todos.

Y los invito a que me compartan si consideran que deberían existir otros mandamientos humanos y cuáles serían.



Imagen de johnhain en Pixabay.

Moción: ¿Ser rico y socialista es incoherente?

Últimamente he visto comentarios y críticas hacia los jóvenes de clase alta que tienen una postura política de izquierda o socialista, por considerar que su actuación es incoherente. Consideran que porque sus padres trabajaron duro toda su vida para que ellos pudieran tener una gran educación, ir a la universidad, viajar al exterior, etc., es incoherente que ellos ahora promulguen o apoyen iniciativas encaminadas al beneficio de toda la sociedad, por encima de los beneficios individuales. Por lo tanto, quise escribir esta moción para plasmar mis opiniones.

Antes de empezar, es importante aclarar términos. Cuando hago mención a ideas socialistas o de izquierda, no hago referencia a un sistema económico socialista, sino a una posición política y estatal socialista que promueve que el bienestar del mundo, del estado y de la sociedad priman por encima de los intereses individuales, aunque se apoye la libre empresa y se respeten y valoren los logros personales.

Por lo tanto, creo que considerar que los jóvenes adinerados socialistas actúan incoherentemente, es como considerar que los jóvenes blancos que apoyaron el fin de la esclavitud fueron incoherentes, o que los hombres jóvenes actuaron de forma incoherente por apoyar la igualdad de género, por mencionar algunos casos. Si así estamos usando el término, de acuerdo, su actuar es incoherente en relación a la sociedad dominante, pero supremamente coherente con principios y valores que promueven el respeto y la igualdad de toda la humanidad.

Siendo así las cosas, agradezco enormemente a los incoherentes, a los que se atreven a pensar diferente a lo que la sociedad dominante determina, con el objetivo de construir un mundo mejor y viable para todos. Felicito a los multimillonarios que heredan un imperio ganadero extensivo y deciden transformarlo para sembrar bosques y proteger ríos. Agradezco a los jóvenes de clase alta que reconocen que sus padres levantaron sus riquezas incumpliendo con normas laborales, económicas y/o ambientales y se han comprometido con legalizar los negocios y retribuir a lo sociedad por los daños causados. Y también a todo los ricos, que aunque el dinero haya sido producido o adquirido de la mejor forma, aún así consideran que las cosas pueden ser diferentes y que se debe apoyar el bienestar social por encima del particular. En general, agradezco a todos los que no aceptan la máxima “así se ha hecho siempre” y deciden cambiar, innovar, transformar y evolucionar para favorecer a todo el planeta, a toda la especie humana y no sólo a sus intereses particulares.

Espero les haya gustado mi moción para que agradezcamos, felicitemos y apoyemos a todos aquellos que piensan que el beneficio del planeta y de la sociedad deben primar siempre por encima de los intereses particulares, así a algunos les parezca que son incoherentes con la sociedad en la que nacieron. ¿Eres tú un incoherente o conoces a alguno? Déjame saberlo.

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Moción: En defensa de los “tibios”.

En la moción de hoy, quiero hacer una defensa de los mal llamados “tibios”, aquellas personas que no se van a los extremos y que defienden una mirada más integradora, central y respetuosa. Por lo mismo, son tildados de tener pocas convicciones, posturas suaves y personalidad no definida. Pero esto a mi parecer, está lejos de la realidad, pues nada más difícil y retador que ser “tibio”.

En este mundo polarizado, globalizado y consumista, pareciese que la peor estrategia es ser “tibio”.

En mercadeo, si tu comercial es muy bueno o muy malo, ambas opciones tienen beneficios porque las personas hablan de tu producto y de tu comercial, está en la mente de los consumidores, y por lo tanto, lo peor que te puede pasar, es que sea normal, tibio, que pase desapercibido porque nadie lo recordará ni hablará de él.

En política es lo mismo, ser de izquierda o derecha vende y conquista votos porque es más fácil vender enemigos imaginarios, ofrecer soluciones simples y desviar el debate ideológico, manipulando las emociones. Al polarizar, las emociones son más profundas, especialmente el odio y la ira, así que movilizan más a las personas.

En redes sociales pasa igual, frente a cualquier tema, habrá personas que defiendan y ataquen, pero eso es lo importante, dar de qué hablar. Si no haces nada extremo, pasas desapercibido. En esos casos, es mejor pasar por “malo” y que muchas personas critiquen, porque con las vistas y los comentarios es que las personas reciben su sueldo.

Finalmente, con las pruebas psicológicas pasa lo mismo. Muchas de las pruebas te ponen una escala entre totalmente en desacuerdo y totalmente de acuerdo, y te recomiendan irte por un lado o por el otro, porque si siempre pones ni de acuerdo ni en desacuerdo, es que eres un “tibio” sin personalidad definida.

No obstante y pese a lo anterior, si queremos un mundo viable, respetuoso, abierto al debate, solidario, en paz y humano, son los “tibios” lo que lo harán posible. No hay otra opción. Sólo aquellos lo suficientemente valientes para buscar y promover lo bueno de ambos extremos y rechazar lo negativo, son los que nos permitirán reconciliarnos como sociedad.

Adicionalmente, son los de personalidad más fuerte y resistente porque se niegan a vender sus creencias y valores. Luchan a muerte en el medio, sabiendo que probablemente conseguirán menos votos, seguidores y/o compradores que los que se van a los extremos, pero deciden mantenerse “tibios” porque reconocen que es lo que realmente nos conviene como sociedad.

Por lo tanto, defiendo, agradezco y felicito a todos los “tibios” que trabajan día a día, buscando reconciliar los extremos de nuestra sociedad y crear un mundo mejor donde todos quepamos, aunque esto signifique tener menos votos, seguidores o dinero. Y los invito a todos a ser cada día más “tibios”, a ser mediadores, integradores y defensores de los derechos de todos.

Y te reto a hacer la prueba. ¿Qué es más fácil, juzgar el mundo desde tu visión de la realidad, o aceptar que otros pueden tener razón, estar dispuesto a escucharla e incluso a aceptarla, para poder construir una realidad que abarque ambas visiones? Te aseguro, juzgar es más fácil, por eso nuestra sociedad está cada vez más polarizada e intolerante.

¡Que vivan los tibios!

PD/ ¿Eres tibio? ¿Tienes la fortaleza para serlo? O ¿Quieres serlo? Entonces deja tu comentario o replica este mensaje diciéndolo en voz alta: Soy un tibio.

Moción: Todas las vidas importan (All lives matter)

En las últimas semanas hemos sido testigos de grandes manifestaciones alrededor del mundo con la consigna “Black lives matter” (Las vidas negras importan). Estos movimientos son el resultado de un racismo sistemático y estructural en muchos de los países en donde la población negra es minoría y considerada inferior. Por consiguiente, estoy totalmente de acuerdo y los apoyo en su búsqueda de un mejor mundo para la población negra, siempre y cuando se haga en paz y respetando los derechos de los demás.

No obstante, quisiera hacer una invitación a la población en general para ir más allá, porque aunque es importante luchar por los derechos de una población, es mucho más importante que todos luchemos por los derechos de todos. En este caso, creo que deberíamos manifestar que no sólo las vidas negras importan, sino que todas las vidas importan. Las vidas de los migrantes, de las mujeres, de los indígenas, de los pobres, de los trans, de las prostitutas y de los no creyentes importan, por nombrar algunos casos.

Pero no solo las vidas de las “minorías” importan, las vidas de los blancos, del hombre y de los ricos también importan. No se trata de querer voltear el equilibrio y que los que han sido la “mayoría” dominante ahora sean dominados y pierdan sus derechos, sino de que reconozcamos que todas las vidas importan, sin consideración de nacionalidad, color de piel, género, orientación sexual, creencias, afiliación política o situación económica.

Y esto debería hacerse no sólo porque es necesario para hacer viable nuestra especie, sino también porque es más funcional y práctico. Si cada grupo se manifiesta sólo por los intereses de su grupo, el movimiento tiende a perder fuerza, y en la medida que más grupos hacen lo mismo, más paisaje se vuelve. Hoy son los negros, mañana las mujeres, pasado mañana los indígenas, el día después los pobres y así, permanentemente hasta que todos los grupos se manifiesten peleando sólo por su pedazo, por su comunidad.

¿No sería entonces más ético y práctico que todos nos pronunciemos y manifestemos que TODA VIDA IMPORTA?

Y lo mismo deberían hacer los gobiernos, no sólo enfocarse ahora en rectificar la discriminación histórica de la población negra, sino también aprovechar para rectificar la discriminación de todo tipo y hacia todo tipo de población.

Moción: Tips de viabilidad – Parte 7

Tip 7: Decisiones globales.

Para hacer viable nuestro planeta, no bastan decisiones localizadas y particulares, debemos promover decisiones que involucren a todos los gobiernos y ciudadanos del mundo, porque en un planeta tan hiperconectado, hiperdependiente y sobrepoblado como el nuestro, cada vez más, las acciones de un estado tienen inmensas repercusiones sobre la totalidad del planeta. Y afortunada o desafortunadamente lo estamos evidenciando en este momento.

Hoy es un virus, que apareció en una población de un país y que en el transcurso de un par de meses transformó nuestra realidad, acabó con la vida de más de 350.000 humanos (y contando) y puso a temblar a todas las economías del mundo. Ayer fue un hueco en la capa de ozono, que nos obligó a tenerle una especie de miedo al sol y a usar bloqueador solar todos los días, por los daños que puedo causarnos la exposición prolongada.

Y mañana puede ser cualquier cosa que hayamos imaginado en películas de ciencia ficción o peor aún, que ni siquiera hayamos podido dimensionar. La contaminación de nuestras fuentes hídricas, la polución del oxígeno que respiramos, el deshielo de los polos, la fractura de la corteza terrestre, la erradicación de las abejas, otro virus, bombas atómicas, desechos tóxicos, etc. Esto puede pasar, sólo con que algún país haga algo que atente contra el planeta, porque si bien las consecuencias inmediatas se verán en primera instancia en ese país, las consecuencias a corto, mediano o largo plazo las veremos en todo el planeta.

La Tierra es una sola entidad, hiperconectada, como cualquier organismo, como nuestro cuerpo, y cualquier enfermedad, por pequeña que parezca al principio, puede complicarse y afectar a todo el ser. Por lo tanto, si bien es un principio que algunos países firmen acuerdos para la reducción de sus emisiones de carbono, para la reducción del consumo de plástico de un sólo uso, para no aprobar el uso del fracking, y sobre otros temas que hemos ido descubriendo que afectan al planeta, no es suficiente. Los acuerdos deben ser firmados y cumplidos por todos los países del planeta.

Una sola célula cancerosa que se deje en el cuerpo, puede multiplicarse hasta acabar con él. Lo mismo le pasa a nuestro planeta, un sólo gobierno que siga destruyendo sin control todos los recursos naturales y que siga envenenando al planeta, podría terminar causándole la muerte.

Por lo tanto, debemos empezar a movilizar a nuestros gobiernos para que se comprometan con el planeta, para que ejerzan sus relaciones internacionales y fomenten acuerdos globales que hagan viable nuestro mundo. Sé que todos tenemos nuestras propias perspectivas e intereses, y que en nuestro micromundo, los temas básicos de nuestra subsistencia pueden parecer más relevantes, pero si logramos alejar la mirada un poco, para observar globalmente, podremos revisar con más objetividad si nuestros intereses ayudan a hacer viable el planeta o no.

¿Nuestros objetivos personales y económicos atentan contra el planeta? o ¿Vale más nuestra capacidad económica que dejar un planeta habitable para las generaciones futuras? Estas son preguntas que debemos empezar a hacernos para movilizarnos y exigir a nuestros gobiernos a que se movilicen en la misma línea. ¿Es más importante que el estado genere ingresos y empleos a corto plazo, o que el estado garantice la viabilidad del planeta? Creo que la viabilidad va primero, así que es importante buscar otras alternativas que generen ingreso y empleo, sin afectar al planeta.

Dejemos de pensar únicamente en el ahora y en nosotros mismos, para pensar más en el después y en todos nosotros. Sólo así, cuando todos pensemos en el futuro y en el bienestar de todos, podremos tomar decisiones globales que hagan viable nuestro planeta y nuestra existencia.

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Moción: Tips de viabilidad – Parte 6

Tip 6: Todos los excesos son nocivos.

Creo que lo hemos escuchado muchas veces y espero que muchos estén de acuerdo con la afirmación, no obstante siento que lo aplicamos selectivamente. En términos generales lo relacionamos con temas de salud. Entendemos que no comer nada o comer demasiado es malo para nuestro cuerpo; no hacer nada de ejercicio o sobre exigirse afecta nuestro cuerpo; y no dormir en absoluto o pasar muchas horas acostado afecta nuestra salud física y mental.

Sin embargo, deberíamos aplicarlo en todas las esferas de nuestra vida, especialmente en el aspecto económico. Por vivir en una sociedad capitalista, nos han educado a desear tener más dinero, producir más y consumir más. El problema de esto es que siempre vivimos inconformes con lo que tenemos, por un lado, y por el otro lado es que hemos llevado al planeta al límite de su producción y renovación.

A nivel personal, a las personas que son felices con lo que tienen, las tildamos de pasivas y que les falta ambición, como si fuese algo malo. Pensamos que la ambición siempre es buena, pero hemos perdido de vista que en exceso, se vuelve nociva para nosotros y el planeta. Está muy bien querer tener más, mientras eso no signifique sacrificar nuestra felicidad. Nos mentimos a nosotros mismos que este sacrificio es temporal para poder tener mucho dinero para disfrutar en el futuro, pero no sabemos si llegaremos a ese futuro o las secuelas con las que llegaremos.

A nivel corporativo, no estamos satisfechos con producir un buen producto y servicio, que brinde satisfacción a nuestros clientes actuales y que genere estabilidad para nuestros empleados y accionistas. Siempre buscamos tener más clientes, ganancias, presencia y participación, sin reconocer igualmente que en exceso, pone en riesgo nuestra propia existencia. Poco reflexionamos sobre los recursos naturales que necesitamos para seguir creciendo, creemos que son infinitos y que se renovarán por arte de magia, y hacemos muy poco para garantizar que no se acaben.

Por lo tanto, la invitación es a buscar siempre el equilibrio, el centro, porque todos los extremos son nocivos para nosotros mismos, para los demás o incluso para el planeta entero. O acaso… ¿crees que hay algún extremo que no sea nocivo? Si es así, déjame tu comentario.

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Moción: Movilidad en la ciudades

Acabo de regresar a mi ciudad natal y he recibido una gran cantidad de comentarios negativos sobre la reducción del espacio de las vías para carros, para darle más espacio al peatón, al ciclista y al transporte público. Frente a esto he de decir, que por el contrario, a mi me parece fantástico.

Creo que debemos entender que es muy difícil que las ciudades puedan crecer las carreteras al mismo ritmo que las poblaciones que viven en ella. Una ciudad puede crecer el doble de su población en 10 o 20 años, pero el gobierno no puede soportar ese nivel de crecimiento y hacer crecer las vías el doble, excepto que la ciudad tenga presupuesto ilimitado para transformar la ciudad a su antojo.

Por lo tanto, si aceptamos que la ciudad no va a poder resolver el problema construyendo vías mágicamente, y que quejarnos al respecto tampoco va a ayudar a la solución, lo único que nos queda por hacer es entender que nosotros somos parte de la solución, porque somos parte del problema.

El problema no es únicamente que no haya vías, el problema es que utilizamos el carro y la moto de forma innecesaria. Decidimos llevar a nuestros hijos al colegio, en vez de enviarlos en el trasporte escolar. Vamos siempre solos en el carro, en vez de recoger a más personas que vayan con el mismo destino. En las intersecciones no cedemos el paso para que todas las vías puedan avanzar. Vamos al trabajo, supermercado o al gimnasio en nuestro vehículo, así nos quede fácil ir en transporte público, bicicleta o a pie. Y finalmente tratamos de crear 3 o 4 carriles en dónde sólo hay 2, creando más embotellamientos y accidentes.

Invito a todos los que viven en ciudades congestionadas a que aborden el problema del tráfico desde otras perspectivas, diferentes a mejorar y ampliar las vías. Los invito a que se vuelvan parte de la solución y que se apropien de sus ciudades, disfrutándolas a pie, en bicicleta o en el trasporte público. El carro debería ser la última opción posible y siempre buscando el mayor beneficio para la ciudad. Si lo hacemos, esto dinamizará la ciudad, favorecerá a los comercios locales, reducirá la contaminación, mejorará nuestro estado físico y fomentará el relacionamiento entre los habitantes. En conclusión, tendremos mejores ciudades y viviremos más felices.

VIDEO:

Moción: No es el mundo, eres tú

Tiempo atrás vi una campaña contra el uso del plástico que decía: “No es el plástico, eres tú“, haciendo referencia a que actualmente hablamos del plástico como si fuese el enemigo número 1 del planeta, pero nos olvidamos que somos nosotros los que lo producimos, compramos, usamos y botamos inadecuadamente. Este cambio de mirada es importante para comprender cómo cambiar el mundo. El problema no es el mundo, no es algo exterior, el problema soy yo, eres tú y somos nosotros los que con nuestras acciones diarias hacemos del planeta un lugar mejor o peor.

#NOESELPLÁSTICOERESTÚ

De esta misma forma, no es el tráfico en la ciudad, eres tú. Eres tú quien decide no movilizarse caminando, en bicicleta o en transporte público. Eres tú el que decides ir en carro, al supermercado del barrio, a comprar 2 cosas. Eres tú el que no respeta las señales de tránsito, o que no das vía cuando tu camino está bloqueado. El tráfico es producto de tus decisiones, no culpes al tráfico.

Igualmente el problema no es la corrupción, eres tú. Eres tú quien decide no declarar todos los ingresos y bienes para no pagar impuestos. Eres tú quien llama a tus amigos o familiares para que te hagan favores y así no tener que hacer el trámite regular. Eres tú quien decide no votar o votar por candidatos que han demostrado ser corruptos. Eres tú el que dejas colear a tus amigos en la fila. La corrupción no es externa, es el producto de nuestras acciones. Los responsables somos nosotros.

La contaminación tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien decide comprar un celular nuevo cada año y cambiar de carro cada 3. Eres tú quien tira la basura en la calle o no la separas en tu hogar. Eres tú quien compra ropa todas las semanas y botas la vieja en vez de donarla. Eres tú quien compra botellas de plástico todos los días en vez de comprar un termo. La contaminación no es un resultado mágico, es el resultado de nuestras acciones diarias.

Y la violencia a su vez, tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien con tus palabras y acciones hieres a los demás. Eres tú quien con tu educación enseñas a tus hijos a odiar. Eres tú quien maltratas a tus familiares, amigos y seres queridos. Eres tú quien no acepta la diferencia y tratas con desdén a los demás. La violencia es el resultado de creer que sólo a través de ella podemos resolver nuestros conflictos. Pero hay otros métodos y tú eres el responsable.

Por lo tanto, antes de pensar y decir lo mal que está el mundo, piensa en cómo tus acciones ayudan a crear o a mantener ese mundo con el que no estás de acuerdo, y cambia tu comportamiento para que reflejen el mundo que deseas. Recuerda, no es el mundo, eres tú.

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Moción: La tragedia de los bienes comunes

La tragedia de los bienes comunes de Garrett Hardin, en 1968, nos plantea el dilema en donde varios individuos que comparten un recurso limitado común, al actuar independientemente por un interés particular, terminan acabando con el recurso que todos necesitan.  Es como se dice coloquialmente: “Lo que es de todos, es de nadie“. No obstante, debido al crecimiento poblacional, la globalización, el capitalismo, entre otros elementos, cada vez se hace más necesario que todos nos empecemos a preocupar por los bienes comunes.

Para explicar mejor este dilema, Hardin uso el ejemplo del pastizal.  En este caso, un grupo de pastores comparten un pastizal, pero al ver que aún queda pasto sin ser consumido, cada uno decide aumentar la cantidad de animales hasta tal punto que ya no hay pasto suficiente y los animales fallecen.

Esto es lo que nos está pasando actualmente. Como individuos y organizaciones, hemos ido creciendo nuestra capacidad de consumo de recursos, sin pensar en ellos como un bien común, llevándonos a los límites de lo que podemos volver a generar y sobrecargando el planeta.

De esta forma hemos llevado a varios animales a la extinción, hemos deforestado nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y mares, ensuciado nuestro aire, etc. Y si no nos detenemos y ajustamos nuestro actuar, muy pronto nos podrá pasar lo del ejemplo del pastizal, solo que ahora el pastizal es nuestro planeta y los animales que dependemos de él, somos nosotros, la raza humana.

Necesitamos cambiar de mentalidad y empezar a preocuparnos por los bienes comunes por encima de nuestros bienes particulares.  Lo que es de todos, debe ser responsabilidad de todos y debe estar de primero en nuestra agenda.  Porque a la larga, es la única forma de garantizar nuestra existencia a futuro.

Y cuando me refiero a todos, es a todos en el planeta, porque si un país, estado o sociedad no se concientiza sobre esto y sigue consumiendo los recursos de forma desmedida, pensando solo en ellos, nos pone en amenaza a todos. No obstante, el cambio empieza por casa, por tí mismo. Concientízate de esta problemática y cuida lo público. Luego, ayuda a movilizar a tu familia, las organizaciones a las que perteneces, tu ciudad, y así sucesivamente, hasta que todos estemos pensando lo mismo y cuidando nuestros bienes comunes.

No permitas que esto termine en una tragedia, la tragedia de los bienes comunes.

Moción: Barra libre o Buffet

Para aquellos que hemos tenido el placer de ir a un hotel o restaurante que cuenta con barra libre o con buffet, es decir, que cuenta con una gran cantidad de comida disponible para la selección del ciente, sin importar la cantidad o el valor, esta moción podrá ser desilusionante.

Si bien es cierto que la satisfacción como cliente es total, pues no hay tiempos de espera y se puede comer todo lo que se quiera, y que para los negocios es funcional porque pueden atender a un mayor número de personas, en un menor tiempo, el desperdicio de comida es desproporcionado.

Diariamente estas empresas botan toneladas de comida a la basura porque por normas de sanidad y seguridad alimentaria no se pueden regalar ni donar. No obstante, el punto de esta reflexión no busca centrarse en qué hacer con toda la comida que se desperdicia, más vale está en pensar en cómo hacer para que la comida no se desperdicie, o al menos no en los niveles actuales. 

Se me ocurren dos alternativas:

  1. Erradicar los buffets o barras libres: Ya sea porque nosotros los consumidores dejemos de solicitar y comprar estos servicios o porque las empresas dejen de ofrecerlos como una acción para mitigar su impacto ambiental.
  2. Ajustar los procesos y nuestros comportamientos: Si erradicarlos parece muy abrupto, entonces no nos queda otra sino hacer ajustes para minimizar el impacto. Estas modificaciones las deben hacer las empresas pero probablemente signifique que nosotros como consumidores tendremos que hacer concesiones.

Por ejemplo, si el buffet del desayuno en un hotel es hasta las 10:00am, quince minutos antes el hotel debería dejar de cocinar y servir nuevo alimento y esperar que se acabe todo lo que ya se procesó.  En cuanto a nosotros como consumidores, debemos ajustar entonces nuestro comportamiento y entender que si nos levantamos a desayunar al límite del horario, no vamos a encontrar toda la comida ni recién salida del horno.

Otra opción sería que todas las noches, los hoteles nos encuestaran sobre a qué hora vamos a desayunar y qué queremos del menú del buffet, para que puedan planear mejor la producción de qué se necesita cocinar y en qué momentos según el flujo de los huéspedes. Esto podría parecer incomodo para nosotros los clientes y más trabajo para las empresas, pero podría ser un precio justo a pagar si logramos reducir el desperdicio de comida y recursos diarios.

¿Tienes alguna otra idea de cómo podríamos hacer para reducir este impacto?