Tiempo atrás vi una campaña contra el uso del plástico que decía: “No es el plástico, eres tú“, haciendo referencia a que actualmente hablamos del plástico como si fuese el enemigo número 1 del planeta, pero nos olvidamos que somos nosotros los que lo producimos, compramos, usamos y botamos inadecuadamente. Este cambio de mirada es importante para comprender cómo cambiar el mundo. El problema no es el mundo, no es algo exterior, el problema soy yo, eres tú y somos nosotros los que con nuestras acciones diarias hacemos del planeta un lugar mejor o peor.

De esta misma forma, no es el tráfico en la ciudad, eres tú. Eres tú quien decide no movilizarse caminando, en bicicleta o en transporte público. Eres tú el que decides ir en carro, al supermercado del barrio, a comprar 2 cosas. Eres tú el que no respeta las señales de tránsito, o que no das vía cuando tu camino está bloqueado. El tráfico es producto de tus decisiones, no culpes al tráfico.
Igualmente el problema no es la corrupción, eres tú. Eres tú quien decide no declarar todos los ingresos y bienes para no pagar impuestos. Eres tú quien llama a tus amigos o familiares para que te hagan favores y así no tener que hacer el trámite regular. Eres tú quien decide no votar o votar por candidatos que han demostrado ser corruptos. Eres tú el que dejas colear a tus amigos en la fila. La corrupción no es externa, es el producto de nuestras acciones. Los responsables somos nosotros.
La contaminación tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien decide comprar un celular nuevo cada año y cambiar de carro cada 3. Eres tú quien tira la basura en la calle o no la separas en tu hogar. Eres tú quien compra ropa todas las semanas y botas la vieja en vez de donarla. Eres tú quien compra botellas de plástico todos los días en vez de comprar un termo. La contaminación no es un resultado mágico, es el resultado de nuestras acciones diarias.
Y la violencia a su vez, tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien con tus palabras y acciones hieres a los demás. Eres tú quien con tu educación enseñas a tus hijos a odiar. Eres tú quien maltratas a tus familiares, amigos y seres queridos. Eres tú quien no acepta la diferencia y tratas con desdén a los demás. La violencia es el resultado de creer que sólo a través de ella podemos resolver nuestros conflictos. Pero hay otros métodos y tú eres el responsable.
Por lo tanto, antes de pensar y decir lo mal que está el mundo, piensa en cómo tus acciones ayudan a crear o a mantener ese mundo con el que no estás de acuerdo, y cambia tu comportamiento para que reflejen el mundo que deseas. Recuerda, no es el mundo, eres tú.
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