La tragedia de los bienes comunes de Garrett Hardin, en 1968, nos plantea el dilema en donde varios individuos que comparten un recurso limitado común, al actuar independientemente por un interés particular, terminan acabando con el recurso que todos necesitan. Es como se dice coloquialmente: “Lo que es de todos, es de nadie“. No obstante, debido al crecimiento poblacional, la globalización, el capitalismo, entre otros elementos, cada vez se hace más necesario que todos nos empecemos a preocupar por los bienes comunes.
Para explicar mejor este dilema, Hardin uso el ejemplo del pastizal. En este caso, un grupo de pastores comparten un pastizal, pero al ver que aún queda pasto sin ser consumido, cada uno decide aumentar la cantidad de animales hasta tal punto que ya no hay pasto suficiente y los animales fallecen.
Esto es lo que nos está pasando actualmente. Como individuos y organizaciones, hemos ido creciendo nuestra capacidad de consumo de recursos, sin pensar en ellos como un bien común, llevándonos a los límites de lo que podemos volver a generar y sobrecargando el planeta.
De esta forma hemos llevado a varios animales a la extinción, hemos deforestado nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y mares, ensuciado nuestro aire, etc. Y si no nos detenemos y ajustamos nuestro actuar, muy pronto nos podrá pasar lo del ejemplo del pastizal, solo que ahora el pastizal es nuestro planeta y los animales que dependemos de él, somos nosotros, la raza humana.
Necesitamos cambiar de mentalidad y empezar a preocuparnos por los bienes comunes por encima de nuestros bienes particulares. Lo que es de todos, debe ser responsabilidad de todos y debe estar de primero en nuestra agenda. Porque a la larga, es la única forma de garantizar nuestra existencia a futuro.
Y cuando me refiero a todos, es a todos en el planeta, porque si un país, estado o sociedad no se concientiza sobre esto y sigue consumiendo los recursos de forma desmedida, pensando solo en ellos, nos pone en amenaza a todos. No obstante, el cambio empieza por casa, por tí mismo. Concientízate de esta problemática y cuida lo público. Luego, ayuda a movilizar a tu familia, las organizaciones a las que perteneces, tu ciudad, y así sucesivamente, hasta que todos estemos pensando lo mismo y cuidando nuestros bienes comunes.
No permitas que esto termine en una tragedia, la tragedia de los bienes comunes.
Nos urge está concientización globalmente!