Hace mucho tiempo que no hago una moción sobre una película, pero creo que el documental / drama de Netflix denominado “El dilema de las redes sociales” lo merece porque creo que todos deberíamos verlo para sacar nuestras propias conclusiones. Estas son las mías:
1. Las Inteligencias Artificiales (IA) nos están destruyendo. No porque sean malas, sencillamente porque las hemos diseñado para hacer todo lo posible para atraer nuestra atención con el objetivo de monetizarla. De esta forma, nos imponen un filtro inconsciente sobre la realidad, al mostrarnos sólo cosas que nos gustan, porque hay mayor posibilidad de que “consumamos” algo que nos gusta. Esto reduce nuestra capacidad de ver cosas y opiniones diferentes, lo que reduce nuestra capacidad de simpatía, respeto y tolerancia por lo diferente. Nos polarizan, sin darnos cuenta.
2. El Big Data está rediseñando nuestras narrativas, definiendo quienes somos. Nosotros somos el resultado de nuestras propias historias y de los cuentos que nos contamos sobre nosotros mismos, de forma consciente o inconsciente. No obstante, las empresas poseen ahora tanta información de nosotros y la pueden usar de forma consciente para lograr un objetivo, haciendo que sean mejores a la hora de predecir nuestro comportamiento y a la hora de crear las historias que nos definen. Construyen nuestros gustos, nuestras decisiones e incluso nuestras creencias.
3. Nos estamos devaluando como producto. El producto que venden las redes sociales somos nosotros mismos, nuestra información y nuestra atención. Y entre más tiempo pasamos en ellas y más consumimos a través de ellas, más atractivos somos, por lo que el esfuerzo por mantenernos conectados será aún mayor. Adicionalmente, al igual que cualquier producto en el mundo capitalista, entre más acceso, menor valor. Es decir que entre más redes sociales tienen acceso a nosotros y entre más tiempo pasemos en ellas, más baratos somos. Por lo tanto, somos más productivos y costamos menos, lo que nos convierte en mano de obra barata, por no decir esclavos del sistema.
Por lo tanto, creo que debemos empezar a aplicar algunas de estas ideas:
1- Deliberadamente sigamos a personas que piensen diferente e interactuemos con cosas que no nos gustan. Así eliminamos el sesgo y la polarización en las cosas que consumimos en redes.
2- No tomemos decisiones sólo basándonos en lo que aparece en redes sociales. Consultemos con personas reales, familiares y amigos.
3- Saboteemos al sistema de vez en cuando, dando clics a cualquier cosa, buscando cosas opuestas y haciendo cosas inesperadas, para que el sistema no pueda definirnos. No nos dejemos encasillar y disfrutemos los nuevos descubrimientos.
4- Valoricémonos como producto. No pasemos tanto tiempo en las redes, cerremos las que casi no usamos, eliminemos las notificaciones y cancelemos las suscripciones a listas de correos de cosas que realmente no estamos buscando conscientemente en este momento.
¿Y cuales son tus conclusiones?
Puedes también ver el video:




Todo lo que vemos, olemos, oímos, sentimos y degustamos, y que consideramos la realidad, no es más que la configuración de nuestro cerebro para percibir el mundo exterior. Esto no significa que necesariamente el mundo exterior sea eso que entendemos, o al menos no solo eso.


En el caso del ejemplo, puedes enojarte con la naturaleza por la lluvia, culpar al gobierno por el mal servicio del transporte y pelear con tu esposa por su descuido. Esto seguramente te cargará de mala energía, estarás pensando que iniciaste mal el día y que lo que mal empieza, mal termina. De esta forma, estás programando a tu mente para ver lo negativo del día y reaccionarás de esta forma a todo lo que te suceda.
Nunca he visto un unicornio, minotauro, extraterreste o monstruo, por dar algunos ejemplos, pero solo por el hecho de que la palabra existe, y la conozco, estos personajes existen en mi realidad. No significa que crea en ellos, pero los puedo imaginar, así como cuando al escuchar las palabras playa, manzana o casa, puedo visualizarlas en mi mente.
De esta forma hemos llevado a varios animales a la extinción, hemos deforestado nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y mares, ensuciado nuestro aire, etc. Y si no nos detenemos y ajustamos nuestro actuar, muy pronto nos podrá pasar lo del ejemplo del pastizal, solo que ahora el pastizal es nuestro planeta y los animales que dependemos de él, somos nosotros, la raza humana.