Moción: el dilema de las redes sociales.

Hace mucho tiempo que no hago una moción sobre una película, pero creo que el documental / drama de Netflix denominado “El dilema de las redes sociales” lo merece porque creo que todos deberíamos verlo para sacar nuestras propias conclusiones. Estas son las mías:

1. Las Inteligencias Artificiales (IA) nos están destruyendo. No porque sean malas, sencillamente porque las hemos diseñado para hacer todo lo posible para atraer nuestra atención con el objetivo de monetizarla. De esta forma, nos imponen un filtro inconsciente sobre la realidad, al mostrarnos sólo cosas que nos gustan, porque hay mayor posibilidad de que “consumamos” algo que nos gusta. Esto reduce nuestra capacidad de ver cosas y opiniones diferentes, lo que reduce nuestra capacidad de simpatía, respeto y tolerancia por lo diferente. Nos polarizan, sin darnos cuenta.

2. El Big Data está rediseñando nuestras narrativas, definiendo quienes somos. Nosotros somos el resultado de nuestras propias historias y de los cuentos que nos contamos sobre nosotros mismos, de forma consciente o inconsciente. No obstante, las empresas poseen ahora tanta información de nosotros y la pueden usar de forma consciente para lograr un objetivo, haciendo que sean mejores a la hora de predecir nuestro comportamiento y a la hora de crear las historias que nos definen. Construyen nuestros gustos, nuestras decisiones e incluso nuestras creencias.

3. Nos estamos devaluando como producto. El producto que venden las redes sociales somos nosotros mismos, nuestra información y nuestra atención. Y entre más tiempo pasamos en ellas y más consumimos a través de ellas, más atractivos somos, por lo que el esfuerzo por mantenernos conectados será aún mayor. Adicionalmente, al igual que cualquier producto en el mundo capitalista, entre más acceso, menor valor. Es decir que entre más redes sociales tienen acceso a nosotros y entre más tiempo pasemos en ellas, más baratos somos. Por lo tanto, somos más productivos y costamos menos, lo que nos convierte en mano de obra barata, por no decir esclavos del sistema.

Por lo tanto, creo que debemos empezar a aplicar algunas de estas ideas:

1- Deliberadamente sigamos a personas que piensen diferente e interactuemos con cosas que no nos gustan. Así eliminamos el sesgo y la polarización en las cosas que consumimos en redes.

2- No tomemos decisiones sólo basándonos en lo que aparece en redes sociales. Consultemos con personas reales, familiares y amigos.

3- Saboteemos al sistema de vez en cuando, dando clics a cualquier cosa, buscando cosas opuestas y haciendo cosas inesperadas, para que el sistema no pueda definirnos. No nos dejemos encasillar y disfrutemos los nuevos descubrimientos.

4- Valoricémonos como producto. No pasemos tanto tiempo en las redes, cerremos las que casi no usamos, eliminemos las notificaciones y cancelemos las suscripciones a listas de correos de cosas que realmente no estamos buscando conscientemente en este momento.

¿Y cuales son tus conclusiones?


Puedes también ver el video:

Moción: ¿Era de la información o del conocimiento?

Durante varios años consideramos que estábamos en la era de la información o en la era del conocimiento, y usábamos ambas palabras indistintamente para hablar de esta nueva era, pues considerábamos que a mayor información, mayor conocimiento. No obstante, si algo debería habernos quedado claro, es que tener acceso a información es muy diferente a adquirir conocimiento.

La información, al igual que cualquier producto en un sistema capitalista, reduce su valor en la medida en que el acceso aumenta. Es decir que el valor y el acceso son inversamente proporcionales. Cuando la información, o cualquier producto, está disponible sólo para algunos, su valor aumenta, y por el contrario, entre más fácil es su acceso, su valor disminuye. Por lo tanto, en este mundo moderno, en dónde todos tenemos no solo acceso a consumir información, sino también a producir información sin mayor control, el valor de la misma disminuye.

Es por esto que actualmente contamos con más información, pero probablemente con menos conocimiento, porque esta devaluada era de la información hace cada vez más difícil que podamos construir conocimiento. Hay tanta información (buena, mala y regular) que se hace más complejo poder discernir la información útil que realmente nos aporta o nos lleva a adquirir un conocimiento profundo de algún tema. Y de la mano con la velocidad en que la tecnología avanza, como lo comenté en la entrada “Tecnología y humanidad (Tiempos de asimilación)”, cada vez tenemos menos tiempo para alcanzar a procesar la información y volverla conocimiento, porque cuando lo hacemos, ya la información se ha vuelto obsoleta.

Por lo tanto, sin lugar a dudas vivimos en la era de la información, pues constantemente estamos bombardeados de información, que las corporaciones comerciales, los algoritmos o las Inteligencias Artificiales consideran de nuestro interés, pero difícilmente podríamos hablar de una era del conocimiento. Como lo demuestran las noticias falsas y los contenidos mal intencionados que buscan desinformar, muchos no tenemos la capacidad de reconocer esta información errónea o falsa y terminamos replicándola, generando cada vez más desinformación y dificultando la construcción de conocimiento real y útil.

¿Cómo hacemos entonces para generar verdadero conocimiento? Primero, creo que debemos ir más allá del 1er resultado de la búsqueda y más si es un anuncio. Debemos al menos consultar 2 o 3 fuentes, como mínimo, para validar la información. Segundo, creo que debemos valorar el esfuerzo periodístico y educativo, por encima del comercial, recurriendo a fuentes de medios e instituciones reconocidas por la calidad de su información. Tercero, creo que debemos experimentar más. La información de otros es útil, sólo en la medida en que yo puedo aplicarla en mi vida y volverla conocimiento empírico. Por consiguiente, no repliquemos ni compartamos información sin validar, que venga de fuentes desconocidas y que no podamos corroborar por nosotros mismos, para evitar seguir difundiendo información devaluada, falsa o errónea, que no aporta.

Pero bueno, como siempre, estas son sólo algunas ideas, mis ideas, y lo importante acá no es que me crean, sino que esta moción los invite a la reflexión, a pensar al respecto y a sacar sus propias conclusiones. E idealmente, a que nos compartan esas conclusiones para que entre todos, podamos ir construyendo conocimiento útil para vivir en el mundo moderno y que nos ayude a crear un mundo mejor y viable para todos.


Si lo prefieren, pueden también ver la moción en video:

Moción: 28S – Día de acción global por un aborto legal y seguro.

El 28 de septiembre, desde 1990, se celebra el día de acción global por un aborto legal y seguro que busca exigir a los gobiernos la despenalización y la legalización del aborto con el objetivo de evitar que más mujeres mueran por causa de abortos inseguros, realizados en sitios clandestinos y sin las condiciones médicas necesarias. Como es de esperarse, esta iniciativa tiene grandes detractores, especialmente los que consideran que la vida se origina desde la concepción, por lo que el aborto representa para ellos, un asesinato o la violación al derecho a la vida. Por lo tanto, el objetivo de esta moción, es contarles mis reflexiones al respecto, para que cada quién saque sus conclusiones.

Primero, sin lugar a dudas, el aborto clandestino e inseguro es un riesgo de salud pública mundial. Según la OMS, aproximadamente entre el 5 y el 13% de la mortalidad materna anual se debe a este tema, anualmente se producen unos 25 millones de abortos inseguros y los costos por complicaciones médicas causadas por estos abortos clandestinos ascienden a USD$ 553 millones. Esto demuestra que el aborto es una realidad en el mundo entero y que hacerlo de forma insegura aumenta la tasa de mortalidad en las mujeres y los costos de los sistemas de salud.

Segundo, cada ser humano es responsable y dueño de su vida y su cuerpo, y nadie debería poder imponer su voluntad sobre otros. Así como actualmente nadie debería poder poner grilletes y esclavizar a otro ser humano para que haga lo que la otra persona desee, u obligar a alguien a ingerir drogas para ser transportadas ilegalmente, así tampoco nadie debería poder obligar a una mujer a seguir con un embarazo no deseado o que pone en riesgo su propia vida. Por lo tanto, creo que las mujeres deberían tener este derecho a decidir sobre su cuerpo.

Tercero, el derecho a la vida es o debería ser, inviolable. Toda vida es valiosa y debe respetarse. En este punto espero todos estemos de acuerdo. El problema aparece entonces en la definición de cuándo inicia la vida. Si pensamos que la vida comienza al nacer “vivo”, entonces no hay conflicto entre el aborto y el derecho a la vida. Si consideramos que la vida empieza antes de nacer, el conflicto se vuelve un dilema de tiempos, pues sería viable y válido el aborto mientras se dé antes del tiempo definido. No obstante, el mayor conflicto se presenta entre los que consideran que la vida se gesta, desde el momento de la concepción, pues claramente hay un dilema entre la vida de la madre o del feto, que nos exige tomar partido y valorar cuál vida es más valiosa.

Por lo tanto para mi, la vida se origina cuando el feto es capaz de vivir independientemente de la madre, sea o no que necesite ayuda médica para sobrevivir. En este sentido, el aborto debería ser legal y un derecho para las mujeres que ven en riesgo su salud física y mental, hasta antes que el feto haya alcanzado esta etapa de madurez, en dónde ya podría nacer y sobrevivir. Esto, para respetar la vida de ambos, prevenir los riesgos de abortos clandestinos e inseguros, y respetar el derecho que cada mujer tiene sobre su cuerpo.

¿Quienes somos para imponerle a una mujer que tiene que, no sólo dar a luz, sino responsabilizarse el resto de su vida por un hijo(a) producto de una violación, o de un bebé con malformaciones, o sencillamente de un bebé no deseado sobre el cuál no tiene las condiciones para brindarle una vida digna? Creo que no tenemos ese derecho y creo que ellas si deberían tener el derecho para decidir.

Finalmente, tener el derecho no significa tener que usarlo. Tener la posibilidad de abortar no es una invitación a hacerlo sin medida y control, pero si es una garantía para que las mujeres puedan decidir sobre sus vidas, con responsabilidad, cuando así deban hacerlo, pues nadie está exento de situaciones imprevistas.

De nuevo, estas son mis reflexiones y me encantaría conocer las de ustedes, así que bienvenidos sus aportes.


Pueden también ver la moción en video:

Moción: Realidad filtrada

Para conocer el mundo exterior a nosotros mismos existen básicamente dos (2) formas. La primera es a través de la experimentación directa mediante nuestros sentidos y la segunda es la experimentación indirecta a través de la comunicación con los demás. Esto significa que todo lo que consideramos “real” está filtrado por estos dos elementos, los sentidos y el lenguaje.

Todo lo que vemos, olemos, oímos, sentimos y degustamos, y que consideramos la realidad, no es más que la configuración de nuestro cerebro para percibir el mundo exterior. Esto no significa que necesariamente el mundo exterior sea eso que entendemos, o al menos no solo eso.

Lo que para mi es picante puede no serlo para otra persona. El olor a perro en la casa de una persona con mascota puede no ser percibido por el propietario. El ruido de la naturaleza en una casa de campo puede pasar desapercibido para los residentes. Las figuras y colores para una persona con mejor o peor visión que la mía pueden ser muy diferentes a lo que yo percibo. Y por último, lo que a mi me causa cosquillas no necesariamente le causa cosquillas a todos.

Esto significa que nuestro cerebro y nuestros sentidos son selectivos. Aprenden a resaltar u omitir olores, sabores, sonidos, etc., para que nuestra vida sea más funcional. Por lo tanto, lo que percibimos con nuestros sentidos no necesariamente es lo que hay o no en el mundo exterior.

Y no es solo eso, si nuestros ojos no estuvieran en posición de cazador, para poder tener perspectiva de profundidad, el mundo sería muy diferente. Si nuestros ojos pudiesen ver otras gamas de luces, todo sería distinto. Si nuestros oídos fuesen más agudos, percibiríamos todo un nuevo universo de sonidos. Y así, con cada sentido, si fuese diferente, la realidad que percibimos sería totalmente distinta.

Ahora bien, todo lo que no podemos conocer de primera mano, lo conocemos porque alguien más nos lo ha contado, ya sea personalmente, o a través de un medio, como un libro, la televisión, la radio, internet, etc.  Es decir, gracias al lenguaje, podemos experimentar lo que otros han experimentado.

Esto le agrega un segundo filtro, porque ahora la realidad no es solo lo que percibimos a través de nuestros sentidos, sino lo que somos capaces de codificar a través del lenguaje. Y el lenguaje es finito, mientras que la realidad es infinita. Por mucho que juguemos con las palabras para tratar de expresar de la mejor manera lo que sentimos o pensamos, no siempre lo logramos.

Por lo tanto, discutir sobre lo que es verdad o no, considerando que hay una verdad absoluta en el mundo, es no reconocer que la realidad está filtrada y que sólo somos capaces de percibir la realidad a través de los filtros de nuestros sentidos y nuestro lenguaje. Reconoce esta situación y tú entendimiento sobre los demás será cada vez mejor.

Finalmente, te invito a que me compartas aquellos escenarios en donde los sentidos te han “fallado” porque otros perciben algo que tu no, o aquellas circunstancias en dónde el lenguaje no ha sido suficiente para expresar lo que sientes. ¡Gracias!

 

Moción: Vivir la vida, sin excesos

Todos vivimos con los días contados, el problema es que no sabemos cuantos son. Frente a esto, algunos hacen planes a largo plazo y se dedican a construir un futuro y otros se dedican a vivir el momento, sin pensar en el mañana. Desafortunadamente he evidenciado ambos escenarios con malos resultados, por lo que considero que lo mejor es vivir la vida, sin excesos.

Por ejemplo, algunas personas con enfermedades crónicas a quienes los doctores no les dieron mucho tiempo de vida, se dedicaron a vivir el momento de forma desenfrenada, pensando que su fin estaba cerca, y por cosas misteriosas han vivido una larga vida. El inconveniente es que ahora no solo sufren por su enfermedad sino por todos los excesos que han cometido. Se han quedado sin dinero, con adicciones a las drogas y con más enfermedades que antes.

Por el contrario, hay otras personas que pensando sólo en el futuro, se dedicaron a trabajar 80 horas a la semana con el objetivo de acumular riqueza y bienes lo antes posible, para luego dedicarse a vivir. No obstante, no pudieron disfrutar de los frutos del arduo trabajo porque fallecieron antes de lo previsto.

La vida y la muerte son un misterio sin resolver. Hoy estamos acá, disfrutando, pero mañana no sabemos. Disfruta del presente porque cómo dice el refrán “El pasado es historia, el futuro es un misterio, pero el hoy es un regalo, por eso se llama presente”. No obstante, vívelo sin excesos, esperando lo mejor y preparándote para lo peor.

Piensa que no hay futuro, pero prepárate para él. Vive al máximo, como si este día fuese tu último, pero a la vez, el primero del resto de tu vida. No seas un espectador de tu vida, sé el protagonista.  La vida es muy corta, por larga que sea. Aprovecha el momento para ser feliz y hacer feliz a los demás hoy y el resto de los días. Construye tú futuro, viviendo tú presente, porque es la única certeza que tenemos. Y “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.  

Aprovecha el regalo de la vida, sin excesos, para que tú y todos los que te rodean sean felices hoy y siempre, y para que tus acciones perduren en el tiempo.

 

Moción: ¿Cómo vemos el mundo?

¿Qué ves en esta imagen?

Lo más probable es que veas una botella con algo en su interior. ¿Es una pareja?, ¿Son delfines?, ¿Puedes ver ambas cosas? No importa que hayas visto primero, o si aún no puedes visualizar los dos escenarios, lo importante es lo que nos enseña esta imagen sobre cómo vemos el mundo.

Tendemos a pensar que la realidad es objetiva y que no tenemos ninguna injerencia sobre ella, pero la verdad es que somos nosotros los que construimos la realidad en el momento en que la observamos.

Desafortunadamente o no, nuestra forma de ver el mundo está filtrada por nuestra historia, educación, valores, experiencias, juicios y creencias sobre el universo. Si eres un adulto, lo más probable es que lo primero que hayas visto haya sido la pareja, y no es porque tengamos una mente pervertida, sencillamente hemos experimentado más relaciones de pareja que evidenciado delfines saltando en el mar.

Por lo tanto, nuestro cerebro ha educado a nuestros ojos, o al revés, para ver lo que queremos ver y para reconocer lo que conocemos. Supongo alguna vez jugaste a ver figuras en las nubes y te puede haber pasado que viste lo mismo que la persona de al lado o puede que nunca te hubieses imaginado lo que la otra persona vio.

Esto lo que nos demuestra con juegos y ejemplos sencillos, es lo complejo de la realidad y de la forma en que percibimos el mundo.  Tenemos discusiones sobre si es un 6 o un 9, si es bueno o malo, si es mejor o peor, pensando que hay una única respuesta posible y no consideramos que hay tantas respuestas como posibles formas de ver el mundo.  Dependiendo desde dónde y cómo mires, el mundo puede ser muy diferente a lo que las demás personas piensan.

Y el problema es que no somos conscientes de esto. Obviamente este proceso es innato de los seres vivos.  Al cerebro le toma 0.5 segundos para tener una primera impresión de una persona u objeto, lo cual es súper útil para nuestra supervivencia pues nos alerta del peligro de forma casi inmediata. No obstante, en temas de relaciones humanas, no podemos o no deberíamos depender únicamente de la primera impresión.

Las personas son mucho más complejas de lo que el cerebro alcanza a percibir en esos 0.5 segundos, así que a partir de ese momento nos corresponde a nosotros, de forma consciente, tratar de entender al otro, su punto de vista, qué lo hace diferente o igual a mí, de tal forma que pueda aceptarlo como es, sin prejuicios o paradigmas.

Espero este ejercicio visual te haya gustado y haya despertado en ti la necesidad de mirar mejor, observar el mundo y las personas no de forma automática, sino de forma consciente, entendiendo que siempre hay más cosas que ver. Déja el celular unos minutos y mira todo a tu alrededor, no como siempre lo haces, sino poniendo atención a las pequeñas cosas que no notas. ¿Ves cómo es de maravilloso el mundo y las personas?

Moción: Expresión

¿Alguna vez te has puesto a pensar en el significado de la palabra expresión? Bueno, la respuesta por sencilla que parezca puede causarte una gran impresión, debido a que usamos esta palabra y sus derivadas a diario pero no reflexionamos a fondo sobre el ejercicio que estamos haciendo. Básicamente expresión significa ex-presión, es decir, una presión que ya no es.

Por lo tanto, el ejercicio de expresarnos o de expresar nuestros sentimientos e ideas es una práctica que realizamos para liberar nuestras presiones internas. Los sentimientos que no se expresan se vuelven una carga, una presión, que poco a poco se va acumulando hasta que estalla de alguna forma.

Una de las formas de estallar es que todos los sentimientos salen a flote en un instante, sin control. Lo que querías expresar es tan grande que te sobrepasa y tienes que dejarlo salir todo de una. El problema de esto es que no puedes controlarlo, es una presión muy grande, así que no siempre puedes manifestarlo de la mejor manera para que el receptor de tus sentimientos pueda recibirlo satisfactoriamente.

Otra forma de estallar es que tus sentimientos e ideas te empiezan a enfermar. Es lo que se conoce como somatizar. Tus sentimientos e ideas se convierten en síntomas físicos, orgánicos y funcionales. Al no encontrar salida, es como si tus sentimientos se expandieran por tus órganos y empezaran a presionarlos, causándote malestar físico.

Por lo tanto, ninguna de las formas de estallar es buena para ti, ni para los que te rodean. Es por esto que la solución, es ir liberando la presión, poco a poco, para que no se acumule. Y la forma de hacerlo es expresando tus sentimientos e ideas. Puedes hacerlo escribiendo o hablando con tu pareja, tu familia, tus amigos o conocidos, incluso con desconocidos, porque sólo el hecho de manifestarlos ya hace que se libere la tensión en tu interior.

Finalmente, tampoco se trata de expresar por expresar, salir a decir lo primero que se te ocurra sin pensar en el receptor de tus sentimientos, pues estos pueden afectarlos. Pueden ser recibidos de forma incorrecta o sencillamente el receptor recibe toda tu presión y ahora se convierte en su presión.

Aprende a expresarte, en justa y sana medida. No te cargues de emociones, libera la presión poco a poco, expresando tus sentimientos e ideas de la mejor forma y en el mejor momento.  No esperes a que sea muy tarde y estalles.

Moción: Principio 90/10

Según Harvard, una de las claves para ser felices es entender que la felicidad está en la mente y está determinada por la interpretación que hacemos de los hechos externos.  En este caso, Stephen Covey nos introduce el principio del 90/10, que básicamente dice que el 10% de nuestras vidas está relacionado con los hechos externos que nos pasan y el restante 90% está determinado por la forma en que reaccionamos a eso que nos pasa.

Lo que esto significa es que no podemos controlar que amanezca lloviendo, que hayan retrasos en el transporte público o que mi esposa me haya regado café en la camisa. Estos son los hechos externos que están fuera de nuestro alcance y representan el 10% de lo que nos pasa. Sobre lo que sí tenemos control, es sobre la forma en que decidimos reaccionar, lo cual nos afectará el 90% restante.

En el caso del ejemplo, puedes enojarte con la naturaleza por la lluvia, culpar al gobierno por el mal servicio del transporte y pelear con tu esposa por su descuido. Esto seguramente te cargará de mala energía, estarás pensando que iniciaste mal el día y que lo que mal empieza, mal termina. De esta forma, estás programando a tu mente para ver lo negativo del día y reaccionarás de esta forma a todo lo que te suceda.

O por el contrario puedes estar agradecido por la lluvia que nutre toda la naturaleza, reírte de la torpeza de tu esposa y decidir tomar un taxi, lo que te dará más tiempo para cambiarte la camisa y compartir con tu esposa unos minutos más.  En este caso, tus reacciones programan a tu cerebro para ver sólo el lado positivo, lo cual te carga de energía positiva y te permite afrontar el mundo con felicidad.

Es tu actitud frente al mundo que te rodea y lo que pasa en él lo que determina tus reacciones y en última instancia tú felicidad. Ésta no puede depender en que todos los días sean soleados, todo fluya perfectamente y no haya ningún conflicto, pues la vida es caótica y siempre habrá circunstancias que se salen de nuestro control. Por lo tanto, la verdadera felicidad está en aceptar el caos, lo que no controlamos y transformarlo gracias a nuestra actitud y nuestras reacciones en algo productivo y beneficioso que nos haga felices.

Es como aprender a montar bicicleta. Está en ti decidir que hacer después de la primera caída. Puedes dejarte agobiar por el miedo y no volver a intentarlo o puedes intentarlo de nuevo y descubrir la felicidad de andar en bicicleta, aún sabiendo que es posible que de vez en cuando te vuelvas a caer.

Disfruta el placer de estar vivo, aún sabiendo que te puedes caer eventualmente, y aún más, disfruta del hecho de caerte.  Aprende a levantarte y a disfrutar haciéndolo. Esa es la actitud y la forma de reaccionar frente a lo que te sucede que te hará feliz. Es por esto que la felicidad no está en nada externo, está sólo en ti, en tu mente.

Moción: El poder creador de la palabra

El lenguaje tiene la capacidad de crear universos enteros, porque con las palabras podemos hacer realidad lo que nuestra imaginación sueña, y al socializarla, hacemos que sea una realidad también para los demás. Cuando inventamos una nueva palabra estamos transformando ese imaginario en algo tangible, real.  Por lo tanto, si soñamos con un mundo mejor, debemos empezar a crear las palabras correctas y usarlas constantemente para que se transformen en realidad.

Nunca he visto un unicornio, minotauro, extraterreste o monstruo, por dar algunos ejemplos, pero solo por el hecho de que la palabra existe, y la conozco, estos personajes existen en mi realidad. No significa que crea en ellos, pero los puedo imaginar, así como cuando al escuchar las palabras playa, manzana o casa, puedo visualizarlas en mi mente.

Y es por esto que gracias a la literatura podemos sumergirnos en infinitas realidades. Los libros, las historias, nos pueden llevar al pasado, al futuro, a realidades alternas o a planetas lejanos. Todo lo que soñamos, al volverlo una palabra, se crea en nuestra realidad.

Independiente de cualquier creencia, el libro del génesis en la biblia es muy interesante porque demuestra el poder de la palabra. En él, Dios no crea la luz, las aguas, la naturaleza ni al hombre, Dios lo que hace es decir que se creen y les da nombres. Es decir, Dios crea todo el universo al decirlo y convertirlo en palabras. Y en ese sentido, tendría toda coherencia pensar que fuimos creados a su imagen porque tenemos ese mismo poder divino, el poder de crear nuestra realidad tan sólo mencionándola.

Si somos conscientes de este poder, entonces está en nuestras manos, o mejor dicho… en nuestras palabras, la capacidad de crear el mundo que soñamos. Pero para hacerlo, debemos empezar a ser conscientes de cómo hablamos y qué palabras usamos.

Hablar es algo tan natural como respirar y es por eso que lo hacemos de forma autónoma, repitiendo lo que escuchamos, sin muchas veces entender plenamente de lo que estamos hablando. Por lo tanto, no estamos creando nuestro propio mundo, sino que estamos repitiendo el mundo que nos rodea.

Esto explica por qué hay tanta corrupción, pese a que la mayoría pensamos que es mala para un país. Porque al decir constantemente expresiones como “Malicia indígena”, “Ser vivo”, “hoy por mi, mañana por ti” o “Es que dio papaya”, estamos creando un mundo de corrupción sin darnos cuenta.

Por lo tanto, piensa bien antes de hablar, escoge sabiamente las palabras que dices para que estás construyan el mundo que tu quieres, y no repitas palabras por que sí, sin entender el significado que estás cargan. Si lo haces, estarás un paso más cerca de aprovechar el poder creador de la palabra a tú beneficio. Úsalo, aprovéchalo para construir un mundo mejor para todos.

Moción: La tragedia de los bienes comunes

La tragedia de los bienes comunes de Garrett Hardin, en 1968, nos plantea el dilema en donde varios individuos que comparten un recurso limitado común, al actuar independientemente por un interés particular, terminan acabando con el recurso que todos necesitan.  Es como se dice coloquialmente: “Lo que es de todos, es de nadie“. No obstante, debido al crecimiento poblacional, la globalización, el capitalismo, entre otros elementos, cada vez se hace más necesario que todos nos empecemos a preocupar por los bienes comunes.

Para explicar mejor este dilema, Hardin uso el ejemplo del pastizal.  En este caso, un grupo de pastores comparten un pastizal, pero al ver que aún queda pasto sin ser consumido, cada uno decide aumentar la cantidad de animales hasta tal punto que ya no hay pasto suficiente y los animales fallecen.

Esto es lo que nos está pasando actualmente. Como individuos y organizaciones, hemos ido creciendo nuestra capacidad de consumo de recursos, sin pensar en ellos como un bien común, llevándonos a los límites de lo que podemos volver a generar y sobrecargando el planeta.

De esta forma hemos llevado a varios animales a la extinción, hemos deforestado nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y mares, ensuciado nuestro aire, etc. Y si no nos detenemos y ajustamos nuestro actuar, muy pronto nos podrá pasar lo del ejemplo del pastizal, solo que ahora el pastizal es nuestro planeta y los animales que dependemos de él, somos nosotros, la raza humana.

Necesitamos cambiar de mentalidad y empezar a preocuparnos por los bienes comunes por encima de nuestros bienes particulares.  Lo que es de todos, debe ser responsabilidad de todos y debe estar de primero en nuestra agenda.  Porque a la larga, es la única forma de garantizar nuestra existencia a futuro.

Y cuando me refiero a todos, es a todos en el planeta, porque si un país, estado o sociedad no se concientiza sobre esto y sigue consumiendo los recursos de forma desmedida, pensando solo en ellos, nos pone en amenaza a todos. No obstante, el cambio empieza por casa, por tí mismo. Concientízate de esta problemática y cuida lo público. Luego, ayuda a movilizar a tu familia, las organizaciones a las que perteneces, tu ciudad, y así sucesivamente, hasta que todos estemos pensando lo mismo y cuidando nuestros bienes comunes.

No permitas que esto termine en una tragedia, la tragedia de los bienes comunes.