¿Qué ves en esta imagen?
Lo más probable es que veas una botella con algo en su interior. ¿Es una pareja?, ¿Son delfines?, ¿Puedes ver ambas cosas? No importa que hayas visto primero, o si aún no puedes visualizar los dos escenarios, lo importante es lo que nos enseña esta imagen sobre cómo vemos el mundo.
Tendemos a pensar que la realidad es objetiva y que no tenemos ninguna injerencia sobre ella, pero la verdad es que somos nosotros los que construimos la realidad en el momento en que la observamos.
Desafortunadamente o no, nuestra forma de ver el mundo está filtrada por nuestra historia, educación, valores, experiencias, juicios y creencias sobre el universo. Si eres un adulto, lo más probable es que lo primero que hayas visto haya sido la pareja, y no es porque tengamos una mente pervertida, sencillamente hemos experimentado más relaciones de pareja que evidenciado delfines saltando en el mar.
Por lo tanto, nuestro cerebro ha educado a nuestros ojos, o al revés, para ver lo que queremos ver y para reconocer lo que conocemos. Supongo alguna vez jugaste a ver figuras en las nubes y te puede haber pasado que viste lo mismo que la persona de al lado o puede que nunca te hubieses imaginado lo que la otra persona vio.
Esto lo que nos demuestra con juegos y ejemplos sencillos, es lo complejo de la realidad y de la forma en que percibimos el mundo. Tenemos discusiones sobre si es un 6 o un 9, si es bueno o malo, si es mejor o peor, pensando que hay una única respuesta posible y no consideramos que hay tantas respuestas como posibles formas de ver el mundo. Dependiendo desde dónde y cómo mires, el mundo puede ser muy diferente a lo que las demás personas piensan.
Y el problema es que no somos conscientes de esto. Obviamente este proceso es innato de los seres vivos. Al cerebro le toma 0.5 segundos para tener una primera impresión de una persona u objeto, lo cual es súper útil para nuestra supervivencia pues nos alerta del peligro de forma casi inmediata. No obstante, en temas de relaciones humanas, no podemos o no deberíamos depender únicamente de la primera impresión.
Las personas son mucho más complejas de lo que el cerebro alcanza a percibir en esos 0.5 segundos, así que a partir de ese momento nos corresponde a nosotros, de forma consciente, tratar de entender al otro, su punto de vista, qué lo hace diferente o igual a mí, de tal forma que pueda aceptarlo como es, sin prejuicios o paradigmas.
Espero este ejercicio visual te haya gustado y haya despertado en ti la necesidad de mirar mejor, observar el mundo y las personas no de forma automática, sino de forma consciente, entendiendo que siempre hay más cosas que ver. Déja el celular unos minutos y mira todo a tu alrededor, no como siempre lo haces, sino poniendo atención a las pequeñas cosas que no notas. ¿Ves cómo es de maravilloso el mundo y las personas?
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