Moción: No es el mundo, eres tú

Tiempo atrás vi una campaña contra el uso del plástico que decía: “No es el plástico, eres tú“, haciendo referencia a que actualmente hablamos del plástico como si fuese el enemigo número 1 del planeta, pero nos olvidamos que somos nosotros los que lo producimos, compramos, usamos y botamos inadecuadamente. Este cambio de mirada es importante para comprender cómo cambiar el mundo. El problema no es el mundo, no es algo exterior, el problema soy yo, eres tú y somos nosotros los que con nuestras acciones diarias hacemos del planeta un lugar mejor o peor.

#NOESELPLÁSTICOERESTÚ

De esta misma forma, no es el tráfico en la ciudad, eres tú. Eres tú quien decide no movilizarse caminando, en bicicleta o en transporte público. Eres tú el que decides ir en carro, al supermercado del barrio, a comprar 2 cosas. Eres tú el que no respeta las señales de tránsito, o que no das vía cuando tu camino está bloqueado. El tráfico es producto de tus decisiones, no culpes al tráfico.

Igualmente el problema no es la corrupción, eres tú. Eres tú quien decide no declarar todos los ingresos y bienes para no pagar impuestos. Eres tú quien llama a tus amigos o familiares para que te hagan favores y así no tener que hacer el trámite regular. Eres tú quien decide no votar o votar por candidatos que han demostrado ser corruptos. Eres tú el que dejas colear a tus amigos en la fila. La corrupción no es externa, es el producto de nuestras acciones. Los responsables somos nosotros.

La contaminación tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien decide comprar un celular nuevo cada año y cambiar de carro cada 3. Eres tú quien tira la basura en la calle o no la separas en tu hogar. Eres tú quien compra ropa todas las semanas y botas la vieja en vez de donarla. Eres tú quien compra botellas de plástico todos los días en vez de comprar un termo. La contaminación no es un resultado mágico, es el resultado de nuestras acciones diarias.

Y la violencia a su vez, tampoco es el problema, eres tú. Eres tú quien con tus palabras y acciones hieres a los demás. Eres tú quien con tu educación enseñas a tus hijos a odiar. Eres tú quien maltratas a tus familiares, amigos y seres queridos. Eres tú quien no acepta la diferencia y tratas con desdén a los demás. La violencia es el resultado de creer que sólo a través de ella podemos resolver nuestros conflictos. Pero hay otros métodos y tú eres el responsable.

Por lo tanto, antes de pensar y decir lo mal que está el mundo, piensa en cómo tus acciones ayudan a crear o a mantener ese mundo con el que no estás de acuerdo, y cambia tu comportamiento para que reflejen el mundo que deseas. Recuerda, no es el mundo, eres tú.

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Moción: Resoluciones de año nuevo

El fin de año es un momento ideal para reflexionar sobre nuestras metas y sueños. Es un periodo que nos permite revisar todo lo vivido en el año, especialmente lo referente a nuestros objetivos personales. Desafortunadamente, si sólo revisamos nuestras metas una vez al año, cuando se está acabando, es probable que descubramos que algunos de nuestros sueños quedaron inconclusos o que no se cumplieron. Por lo tanto, si vas a hacer tus resoluciones para el nuevo año, te invito a que tengas en cuenta lo siguiente:

  1. No hagas resoluciones como si solo fueran deseos: Tener un mejor trabajo, perder peso, encontrar pareja, son ejemplos de deseos porque básicamente no son específicos ni medibles. ¿Qué significa para ti un mejor trabajo? Dependiendo para cada persona puede ser ganar más dinero, más responsabilidades, más calidad de vida, mejores compañeros, mejor jefe, etc. Lo mismo con el peso, ¿Qué significa perder peso? Algunos desean perder un par de kilos, otros desean es una operación y otros realmente no necesitan perder peso sino que desean estar más tonificados. Igualmente pasa con encontrar pareja ¿Qué tipo de pareja, con qué propósito, y con qué características?
  2. Define tus resoluciones como si fueran metas: Contrario al deseo, la meta bien definida debe ser especifica, medible, alcanzable, retadora y definida en un rango de tiempo. Ganar el doble de mi salario para el fin de año, perder 5 kilos en los próximos 3 meses y mantener el peso por el resto del año o conocer 10 personas con determinadas características en los próximos 6 meses, son ejemplos de como el deseo puede volverse una meta.
  3. Has los cambios necesarios que te permitan alcanzar las metas: Si tienes clara la meta, ahora define como llegar a ella. En el ejemplo del trabajo, ¿Qué necesitas para ganar el doble, más estudio, mejores resultados o un nuevo empleo? Y de acuerdo a eso, realiza las acciones necesarias para alcanzar tus objetivos. En cuanto al peso, ¿Cómo pretendes lograrlo, yendo al gimnasio, uniéndote a un equipo de ciclismo o haciendo dieta? y en cuanto a conocer personas, ¿Cómo lo vas a lograr? Si buscas personas que estén bien tonificadas, unirte al gimnasio puede facilitarte conocer este tipo de personas, o si buscas una persona más enfocada en su profesión, puedes unirte a una sociedad de profesionales, por ejemplo.
  4. Evalúa tu desempeño constantemente: No esperes al fin del año para ver si alcanzaste tus metas, revísalas mes a mes para evaluar tu avance. Si no has avanzado, ajusta lo necesario y sigue intentándolo.

Te aseguro que si ajustas tus resoluciones del nuevo año, siguiendo estas sencillas pautas, alcanzarás más y mejores resultados. Recuerda “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes“. Esta cita atribuida a Einstein nos recuerda que nada cambia si nosotros no cambiamos, así que si deseas cambios en tu vida, debes empezar cuanto antes a implementar las acciones pertinentes que te ayuden a alcanzar tus metas.

Moción: Realidad filtrada

Para conocer el mundo exterior a nosotros mismos existen básicamente dos (2) formas. La primera es a través de la experimentación directa mediante nuestros sentidos y la segunda es la experimentación indirecta a través de la comunicación con los demás. Esto significa que todo lo que consideramos “real” está filtrado por estos dos elementos, los sentidos y el lenguaje.

Todo lo que vemos, olemos, oímos, sentimos y degustamos, y que consideramos la realidad, no es más que la configuración de nuestro cerebro para percibir el mundo exterior. Esto no significa que necesariamente el mundo exterior sea eso que entendemos, o al menos no solo eso.

Lo que para mi es picante puede no serlo para otra persona. El olor a perro en la casa de una persona con mascota puede no ser percibido por el propietario. El ruido de la naturaleza en una casa de campo puede pasar desapercibido para los residentes. Las figuras y colores para una persona con mejor o peor visión que la mía pueden ser muy diferentes a lo que yo percibo. Y por último, lo que a mi me causa cosquillas no necesariamente le causa cosquillas a todos.

Esto significa que nuestro cerebro y nuestros sentidos son selectivos. Aprenden a resaltar u omitir olores, sabores, sonidos, etc., para que nuestra vida sea más funcional. Por lo tanto, lo que percibimos con nuestros sentidos no necesariamente es lo que hay o no en el mundo exterior.

Y no es solo eso, si nuestros ojos no estuvieran en posición de cazador, para poder tener perspectiva de profundidad, el mundo sería muy diferente. Si nuestros ojos pudiesen ver otras gamas de luces, todo sería distinto. Si nuestros oídos fuesen más agudos, percibiríamos todo un nuevo universo de sonidos. Y así, con cada sentido, si fuese diferente, la realidad que percibimos sería totalmente distinta.

Ahora bien, todo lo que no podemos conocer de primera mano, lo conocemos porque alguien más nos lo ha contado, ya sea personalmente, o a través de un medio, como un libro, la televisión, la radio, internet, etc.  Es decir, gracias al lenguaje, podemos experimentar lo que otros han experimentado.

Esto le agrega un segundo filtro, porque ahora la realidad no es solo lo que percibimos a través de nuestros sentidos, sino lo que somos capaces de codificar a través del lenguaje. Y el lenguaje es finito, mientras que la realidad es infinita. Por mucho que juguemos con las palabras para tratar de expresar de la mejor manera lo que sentimos o pensamos, no siempre lo logramos.

Por lo tanto, discutir sobre lo que es verdad o no, considerando que hay una verdad absoluta en el mundo, es no reconocer que la realidad está filtrada y que sólo somos capaces de percibir la realidad a través de los filtros de nuestros sentidos y nuestro lenguaje. Reconoce esta situación y tú entendimiento sobre los demás será cada vez mejor.

Finalmente, te invito a que me compartas aquellos escenarios en donde los sentidos te han “fallado” porque otros perciben algo que tu no, o aquellas circunstancias en dónde el lenguaje no ha sido suficiente para expresar lo que sientes. ¡Gracias!

 

Moción: Vivir la vida, sin excesos

Todos vivimos con los días contados, el problema es que no sabemos cuantos son. Frente a esto, algunos hacen planes a largo plazo y se dedican a construir un futuro y otros se dedican a vivir el momento, sin pensar en el mañana. Desafortunadamente he evidenciado ambos escenarios con malos resultados, por lo que considero que lo mejor es vivir la vida, sin excesos.

Por ejemplo, algunas personas con enfermedades crónicas a quienes los doctores no les dieron mucho tiempo de vida, se dedicaron a vivir el momento de forma desenfrenada, pensando que su fin estaba cerca, y por cosas misteriosas han vivido una larga vida. El inconveniente es que ahora no solo sufren por su enfermedad sino por todos los excesos que han cometido. Se han quedado sin dinero, con adicciones a las drogas y con más enfermedades que antes.

Por el contrario, hay otras personas que pensando sólo en el futuro, se dedicaron a trabajar 80 horas a la semana con el objetivo de acumular riqueza y bienes lo antes posible, para luego dedicarse a vivir. No obstante, no pudieron disfrutar de los frutos del arduo trabajo porque fallecieron antes de lo previsto.

La vida y la muerte son un misterio sin resolver. Hoy estamos acá, disfrutando, pero mañana no sabemos. Disfruta del presente porque cómo dice el refrán “El pasado es historia, el futuro es un misterio, pero el hoy es un regalo, por eso se llama presente”. No obstante, vívelo sin excesos, esperando lo mejor y preparándote para lo peor.

Piensa que no hay futuro, pero prepárate para él. Vive al máximo, como si este día fuese tu último, pero a la vez, el primero del resto de tu vida. No seas un espectador de tu vida, sé el protagonista.  La vida es muy corta, por larga que sea. Aprovecha el momento para ser feliz y hacer feliz a los demás hoy y el resto de los días. Construye tú futuro, viviendo tú presente, porque es la única certeza que tenemos. Y “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.  

Aprovecha el regalo de la vida, sin excesos, para que tú y todos los que te rodean sean felices hoy y siempre, y para que tus acciones perduren en el tiempo.

 

Moción: ¿Cómo vemos el mundo?

¿Qué ves en esta imagen?

Lo más probable es que veas una botella con algo en su interior. ¿Es una pareja?, ¿Son delfines?, ¿Puedes ver ambas cosas? No importa que hayas visto primero, o si aún no puedes visualizar los dos escenarios, lo importante es lo que nos enseña esta imagen sobre cómo vemos el mundo.

Tendemos a pensar que la realidad es objetiva y que no tenemos ninguna injerencia sobre ella, pero la verdad es que somos nosotros los que construimos la realidad en el momento en que la observamos.

Desafortunadamente o no, nuestra forma de ver el mundo está filtrada por nuestra historia, educación, valores, experiencias, juicios y creencias sobre el universo. Si eres un adulto, lo más probable es que lo primero que hayas visto haya sido la pareja, y no es porque tengamos una mente pervertida, sencillamente hemos experimentado más relaciones de pareja que evidenciado delfines saltando en el mar.

Por lo tanto, nuestro cerebro ha educado a nuestros ojos, o al revés, para ver lo que queremos ver y para reconocer lo que conocemos. Supongo alguna vez jugaste a ver figuras en las nubes y te puede haber pasado que viste lo mismo que la persona de al lado o puede que nunca te hubieses imaginado lo que la otra persona vio.

Esto lo que nos demuestra con juegos y ejemplos sencillos, es lo complejo de la realidad y de la forma en que percibimos el mundo.  Tenemos discusiones sobre si es un 6 o un 9, si es bueno o malo, si es mejor o peor, pensando que hay una única respuesta posible y no consideramos que hay tantas respuestas como posibles formas de ver el mundo.  Dependiendo desde dónde y cómo mires, el mundo puede ser muy diferente a lo que las demás personas piensan.

Y el problema es que no somos conscientes de esto. Obviamente este proceso es innato de los seres vivos.  Al cerebro le toma 0.5 segundos para tener una primera impresión de una persona u objeto, lo cual es súper útil para nuestra supervivencia pues nos alerta del peligro de forma casi inmediata. No obstante, en temas de relaciones humanas, no podemos o no deberíamos depender únicamente de la primera impresión.

Las personas son mucho más complejas de lo que el cerebro alcanza a percibir en esos 0.5 segundos, así que a partir de ese momento nos corresponde a nosotros, de forma consciente, tratar de entender al otro, su punto de vista, qué lo hace diferente o igual a mí, de tal forma que pueda aceptarlo como es, sin prejuicios o paradigmas.

Espero este ejercicio visual te haya gustado y haya despertado en ti la necesidad de mirar mejor, observar el mundo y las personas no de forma automática, sino de forma consciente, entendiendo que siempre hay más cosas que ver. Déja el celular unos minutos y mira todo a tu alrededor, no como siempre lo haces, sino poniendo atención a las pequeñas cosas que no notas. ¿Ves cómo es de maravilloso el mundo y las personas?

Moción: Expresión

¿Alguna vez te has puesto a pensar en el significado de la palabra expresión? Bueno, la respuesta por sencilla que parezca puede causarte una gran impresión, debido a que usamos esta palabra y sus derivadas a diario pero no reflexionamos a fondo sobre el ejercicio que estamos haciendo. Básicamente expresión significa ex-presión, es decir, una presión que ya no es.

Por lo tanto, el ejercicio de expresarnos o de expresar nuestros sentimientos e ideas es una práctica que realizamos para liberar nuestras presiones internas. Los sentimientos que no se expresan se vuelven una carga, una presión, que poco a poco se va acumulando hasta que estalla de alguna forma.

Una de las formas de estallar es que todos los sentimientos salen a flote en un instante, sin control. Lo que querías expresar es tan grande que te sobrepasa y tienes que dejarlo salir todo de una. El problema de esto es que no puedes controlarlo, es una presión muy grande, así que no siempre puedes manifestarlo de la mejor manera para que el receptor de tus sentimientos pueda recibirlo satisfactoriamente.

Otra forma de estallar es que tus sentimientos e ideas te empiezan a enfermar. Es lo que se conoce como somatizar. Tus sentimientos e ideas se convierten en síntomas físicos, orgánicos y funcionales. Al no encontrar salida, es como si tus sentimientos se expandieran por tus órganos y empezaran a presionarlos, causándote malestar físico.

Por lo tanto, ninguna de las formas de estallar es buena para ti, ni para los que te rodean. Es por esto que la solución, es ir liberando la presión, poco a poco, para que no se acumule. Y la forma de hacerlo es expresando tus sentimientos e ideas. Puedes hacerlo escribiendo o hablando con tu pareja, tu familia, tus amigos o conocidos, incluso con desconocidos, porque sólo el hecho de manifestarlos ya hace que se libere la tensión en tu interior.

Finalmente, tampoco se trata de expresar por expresar, salir a decir lo primero que se te ocurra sin pensar en el receptor de tus sentimientos, pues estos pueden afectarlos. Pueden ser recibidos de forma incorrecta o sencillamente el receptor recibe toda tu presión y ahora se convierte en su presión.

Aprende a expresarte, en justa y sana medida. No te cargues de emociones, libera la presión poco a poco, expresando tus sentimientos e ideas de la mejor forma y en el mejor momento.  No esperes a que sea muy tarde y estalles.

Moción: Principio 90/10

Según Harvard, una de las claves para ser felices es entender que la felicidad está en la mente y está determinada por la interpretación que hacemos de los hechos externos.  En este caso, Stephen Covey nos introduce el principio del 90/10, que básicamente dice que el 10% de nuestras vidas está relacionado con los hechos externos que nos pasan y el restante 90% está determinado por la forma en que reaccionamos a eso que nos pasa.

Lo que esto significa es que no podemos controlar que amanezca lloviendo, que hayan retrasos en el transporte público o que mi esposa me haya regado café en la camisa. Estos son los hechos externos que están fuera de nuestro alcance y representan el 10% de lo que nos pasa. Sobre lo que sí tenemos control, es sobre la forma en que decidimos reaccionar, lo cual nos afectará el 90% restante.

En el caso del ejemplo, puedes enojarte con la naturaleza por la lluvia, culpar al gobierno por el mal servicio del transporte y pelear con tu esposa por su descuido. Esto seguramente te cargará de mala energía, estarás pensando que iniciaste mal el día y que lo que mal empieza, mal termina. De esta forma, estás programando a tu mente para ver lo negativo del día y reaccionarás de esta forma a todo lo que te suceda.

O por el contrario puedes estar agradecido por la lluvia que nutre toda la naturaleza, reírte de la torpeza de tu esposa y decidir tomar un taxi, lo que te dará más tiempo para cambiarte la camisa y compartir con tu esposa unos minutos más.  En este caso, tus reacciones programan a tu cerebro para ver sólo el lado positivo, lo cual te carga de energía positiva y te permite afrontar el mundo con felicidad.

Es tu actitud frente al mundo que te rodea y lo que pasa en él lo que determina tus reacciones y en última instancia tú felicidad. Ésta no puede depender en que todos los días sean soleados, todo fluya perfectamente y no haya ningún conflicto, pues la vida es caótica y siempre habrá circunstancias que se salen de nuestro control. Por lo tanto, la verdadera felicidad está en aceptar el caos, lo que no controlamos y transformarlo gracias a nuestra actitud y nuestras reacciones en algo productivo y beneficioso que nos haga felices.

Es como aprender a montar bicicleta. Está en ti decidir que hacer después de la primera caída. Puedes dejarte agobiar por el miedo y no volver a intentarlo o puedes intentarlo de nuevo y descubrir la felicidad de andar en bicicleta, aún sabiendo que es posible que de vez en cuando te vuelvas a caer.

Disfruta el placer de estar vivo, aún sabiendo que te puedes caer eventualmente, y aún más, disfruta del hecho de caerte.  Aprende a levantarte y a disfrutar haciéndolo. Esa es la actitud y la forma de reaccionar frente a lo que te sucede que te hará feliz. Es por esto que la felicidad no está en nada externo, está sólo en ti, en tu mente.

Moción: El poder creador de la palabra

El lenguaje tiene la capacidad de crear universos enteros, porque con las palabras podemos hacer realidad lo que nuestra imaginación sueña, y al socializarla, hacemos que sea una realidad también para los demás. Cuando inventamos una nueva palabra estamos transformando ese imaginario en algo tangible, real.  Por lo tanto, si soñamos con un mundo mejor, debemos empezar a crear las palabras correctas y usarlas constantemente para que se transformen en realidad.

Nunca he visto un unicornio, minotauro, extraterreste o monstruo, por dar algunos ejemplos, pero solo por el hecho de que la palabra existe, y la conozco, estos personajes existen en mi realidad. No significa que crea en ellos, pero los puedo imaginar, así como cuando al escuchar las palabras playa, manzana o casa, puedo visualizarlas en mi mente.

Y es por esto que gracias a la literatura podemos sumergirnos en infinitas realidades. Los libros, las historias, nos pueden llevar al pasado, al futuro, a realidades alternas o a planetas lejanos. Todo lo que soñamos, al volverlo una palabra, se crea en nuestra realidad.

Independiente de cualquier creencia, el libro del génesis en la biblia es muy interesante porque demuestra el poder de la palabra. En él, Dios no crea la luz, las aguas, la naturaleza ni al hombre, Dios lo que hace es decir que se creen y les da nombres. Es decir, Dios crea todo el universo al decirlo y convertirlo en palabras. Y en ese sentido, tendría toda coherencia pensar que fuimos creados a su imagen porque tenemos ese mismo poder divino, el poder de crear nuestra realidad tan sólo mencionándola.

Si somos conscientes de este poder, entonces está en nuestras manos, o mejor dicho… en nuestras palabras, la capacidad de crear el mundo que soñamos. Pero para hacerlo, debemos empezar a ser conscientes de cómo hablamos y qué palabras usamos.

Hablar es algo tan natural como respirar y es por eso que lo hacemos de forma autónoma, repitiendo lo que escuchamos, sin muchas veces entender plenamente de lo que estamos hablando. Por lo tanto, no estamos creando nuestro propio mundo, sino que estamos repitiendo el mundo que nos rodea.

Esto explica por qué hay tanta corrupción, pese a que la mayoría pensamos que es mala para un país. Porque al decir constantemente expresiones como “Malicia indígena”, “Ser vivo”, “hoy por mi, mañana por ti” o “Es que dio papaya”, estamos creando un mundo de corrupción sin darnos cuenta.

Por lo tanto, piensa bien antes de hablar, escoge sabiamente las palabras que dices para que estás construyan el mundo que tu quieres, y no repitas palabras por que sí, sin entender el significado que estás cargan. Si lo haces, estarás un paso más cerca de aprovechar el poder creador de la palabra a tú beneficio. Úsalo, aprovéchalo para construir un mundo mejor para todos.

Moción: La tragedia de los bienes comunes

La tragedia de los bienes comunes de Garrett Hardin, en 1968, nos plantea el dilema en donde varios individuos que comparten un recurso limitado común, al actuar independientemente por un interés particular, terminan acabando con el recurso que todos necesitan.  Es como se dice coloquialmente: “Lo que es de todos, es de nadie“. No obstante, debido al crecimiento poblacional, la globalización, el capitalismo, entre otros elementos, cada vez se hace más necesario que todos nos empecemos a preocupar por los bienes comunes.

Para explicar mejor este dilema, Hardin uso el ejemplo del pastizal.  En este caso, un grupo de pastores comparten un pastizal, pero al ver que aún queda pasto sin ser consumido, cada uno decide aumentar la cantidad de animales hasta tal punto que ya no hay pasto suficiente y los animales fallecen.

Esto es lo que nos está pasando actualmente. Como individuos y organizaciones, hemos ido creciendo nuestra capacidad de consumo de recursos, sin pensar en ellos como un bien común, llevándonos a los límites de lo que podemos volver a generar y sobrecargando el planeta.

De esta forma hemos llevado a varios animales a la extinción, hemos deforestado nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y mares, ensuciado nuestro aire, etc. Y si no nos detenemos y ajustamos nuestro actuar, muy pronto nos podrá pasar lo del ejemplo del pastizal, solo que ahora el pastizal es nuestro planeta y los animales que dependemos de él, somos nosotros, la raza humana.

Necesitamos cambiar de mentalidad y empezar a preocuparnos por los bienes comunes por encima de nuestros bienes particulares.  Lo que es de todos, debe ser responsabilidad de todos y debe estar de primero en nuestra agenda.  Porque a la larga, es la única forma de garantizar nuestra existencia a futuro.

Y cuando me refiero a todos, es a todos en el planeta, porque si un país, estado o sociedad no se concientiza sobre esto y sigue consumiendo los recursos de forma desmedida, pensando solo en ellos, nos pone en amenaza a todos. No obstante, el cambio empieza por casa, por tí mismo. Concientízate de esta problemática y cuida lo público. Luego, ayuda a movilizar a tu familia, las organizaciones a las que perteneces, tu ciudad, y así sucesivamente, hasta que todos estemos pensando lo mismo y cuidando nuestros bienes comunes.

No permitas que esto termine en una tragedia, la tragedia de los bienes comunes.

Moción: Sé real

Diferentes organizaciones y personas alrededor del mundo han empezado a advertir sobre los impactos negativos en las personas, especialmente en los jóvenes, de los estándares de belleza que promueven las celebridades y las redes sociales, al considerarlos irreales.  Por lo tanto, están invitando a todas las personas a ser más reales en sus redes sociales, iniciativa que apoyo y que considero digna de reflexión.

Estar en buena condición física y de salud es un objetivo que todos deberíamos tener, no sólo porque es bueno para nuestro cuerpo, sino también porque tener retos nos empuja a avanzar y ser mejores seres humanos. No obstante, cuando la meta se vuelve inalcanzable, o requiere esfuerzos exagerados para mantener el nivel, afecta nuestra autoestima e incluso puede atentar contra nuestra propia vida.

Es por esto que en vez de tratar de alcanzar estándares de belleza externos, como el de las celebridades, deberíamos enfocarnos más en alcanzar nuestros propios estándares. No todos podemos tener los abdominales marcados, los músculos definidos, las facciones delicadas, la piel sin imperfecciones, las curvas sobresalientes, etcétera, pero todos sí podemos alcanzar nuestros propios estándares reales de belleza, que nos permitan sentirnos a gusto con nosotros mismos, independientemente de lo que los demás piensen.

Y por lo tanto, deberíamos reflejar esto en nuestras redes sociales. No es necesario retocarnos la cara para tomarnos una foto, o tomar 15 fotos para elegir la mejor que va a ser publicada, o editarla para eliminar lo que no queremos que vean de nosotros.  Los que nos conocen en la vida real, cara a cara, cuerpo a cuerpo, saben que ese estándar de belleza que estamos tratando de mostrar no es nuestro “yo” real, nuestra belleza real.

La invitación o el reto, es que seas real.  Acéptate como eres, rétate para ser la mejor versión de ti mismo, física, emocional, intelectual y espiritualmente. No te dejes engañar o tentar por los estándares imposibles o irreales y muéstrate como eres, real, en tú día a día y en las redes sociales. Que todos te conozcan al natural, perfecta(o) con todas tus imperfecciones.

Y finalmente, pasa la palabra, pasa la moción. Invita a todos tus seres queridos a que sean rales y auténticos, hoy y siempre.

 

*Si quieres profundizar más, puedes consultar entre otras, la campaña de YMCA UK denominada “Be real“.