Moción: todo comunica.

La comunicación es un proceso consciente de intercambio de información entre dos o más personas con un objetivo concreto. Sin embargo, la mayor parte del tiempo transmitimos información de forma inconsciente y sin tener claro el objetivo, debido a que todo comunica y comunicamos todo el tiempo.

Cada decisión que tomamos, consciente o inconsciente, dice algo de nosotros y proyecta una idea de quienes somos. La ropa que usas, la loción, la forma en que llevas el cabello, tu concepto del tiempo, tu relación con las normas, tu vehículo, casa, cuarto y armario, lo que comes, lo que haces y dejas de hacer, lo que dices y dejas de decir, es general, toda decisión en tu vida comunica quien eres y deja una impresión en los demás.

En algunas ocasiones somos más conscientes en lo que queremos comunicar y lograr. Cuando tenemos una cita, o una entrevista de trabajo, por ejemplo, consideramos por más tiempo la ropa a usar, el tiempo que nos tomará llegar, lo que vamos a decir y hacer, etc., porque conscientemente queremos dejar una “buena” impresión y tenemos claro el objetivo a lograr. No obstante, para las decisiones diarias, todo este proceso lo hacemos de forma inconsciente o repetitiva, dejando relucir quienes somos en realidad.

Lo importarte entonces es reflexionar si la impresión que dejamos en los demás es la que deseamos o si consideramos que damos una impresión “equivocada” de nosotros mismos. Si la impresión que dejamos es la deseada, significa que somos coherentes y que todo nuestro ser comunica quienes somos de forma coherente a nuestra audiencia. Si la impresión no es la deseada puede significar que, o no nos conocemos a profundidad como quisiéramos y por lo tanto hay una discrepancia entre lo que pensamos y hacemos, o puede que no conozcamos bien a nuestra audiencia, razón por la cual nuestros mensajes no son recibidos como esperamos.

Si el problema está en el emisor, en ti mismo, lo que necesitas hacer es ser más consciente en cada decisión que tomas y entender el porqué las tomas, comprendiendo qué deseas comunicar y el resultado esperado. Si el problema está en el receptor, porque su contexto es diferente, usa un código diferente al tuyo o tiene inconvenientes decodificando tu información, entonces debes comprender esta situación y adaptarte para que tu mensaje funcione en el contexto del receptor, usando su código, de tal forma que pueda decodificarlo como tú lo deseas.

Reconoce que si bien la comunicación es un proceso que requiere dos partes, es responsabilidad del emisor reducir cualquier posible problema para garantizar en gran medida que el intercambio de información se haga de la mejor manera y te permita alcanzar el objetivo deseado. Frases como “Es que no me entiendes” o preguntas como “¿me entendiste? deberíamos cambiarlas por “es que no me he hecho entender” o “¿me he hecho entender?, redireccionando la responsabilidad a nosotros, los emisores en vez de culpar a los receptores.

Espero te haya gustado esta moción, que hayas caído en cuenta que todo comunica y que es tú responsabilidad comunicarte apropiadamente para que el proceso comunicativo sea efectivo y logres los objetivos que te propones al comunicarte con los demás.


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