Tip 5: Cambia tu comunicación para cambiar el mundo.
Vivimos en una constante programación de nuestro ser, mediante lo que sentimos, pensamos y hacemos. Lo que somos hoy, es el resultado de todo lo que hemos sentido, pensado y realizado a lo largo de nuestras vidas. Por consiguiente, si queremos cambiar el mundo, hacerlo más viable, debemos empezar por cambiar nosotros. Reconstruir nuestra programación para empezar a actuar, pensar y sentir de forma diferente.

Como estos caminos neuronales ya están fuertemente definidos, frente a situaciones similares reaccionamos de la misma forma, como lo haría cualquier animal. Frente a un estimulo, una respuesta. Afortunadamente los seres humanos tenemos la posibilidad de detenernos a procesar lo que nos está pasando antes de actuar. Y esa es la primera invitación: Si queremos re-programarnos a nosotros mismos y re-programar el mundo, debemos empezar a implementar una pausa entre el estímulo y la respuesta.
Al no reaccionar y tomarnos un breve tiempo para procesar lo que nos está pasando, podemos elegir si actuamos de la misma forma que siempre, o si actuamos de una forma diferente y mejor. Podemos escoger mejor nuestras palabras y la forma de comunicarlas. Y esto hará que actuemos diferente. Al principio, puede que nos cueste un poco de trabajo caer en cuenta para hacer la pausa y elegir un nuevo camino, pero en la medida en que lo hagamos, se irá consolidando un nuevo proceso neuronal, que se volverá nuestra nueva realidad.
Cada vez que pensamos nuevas alternativas, actuamos de forma diferente y sentimos cosas distintas, entrando así en el ciclo de la re-programación. Por lo tanto, esta es la segunda reflexión: Después de la pausa, piensa y organiza tu comunicación de tal forma que te permita re-programarte y cambiar el mundo para que sea viable. Si tu comunicación es asertiva, positiva y constructiva, los resultados serán en la misma vía. Por el contrario, si tu comunicación es deficiente, negativa y destructiva, los resultados serán iguales.
Pensemos en la última vez que dijimos e hicimos algo que lastimo a alguien, que provocó un resultado no deseado y/o que nos hizo sentir mal. Ahora pensemos cómo podríamos hacerlo diferente la próxima vez, para que los resultados sean distintos, mejores. En la medida en que aprendamos de nuestros errores y ajustemos nuestro ciclo de programación pensar, actuar y sentir, percibiremos cambios importantes en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea.
¿Cómo está tu ciclo de programación, constructivo o destructivo?
Si estas mociones te gustan, te invito a que te suscribas a mi blog y a que revises mi libro “Ética para un mundo viable“.