Moción: Ni una vida más.

Desafortunadamente, en el último mes en mi país, se han incrementado las matanzas o asesinatos colectivos a lo largo y ancho del territorio, razón por la cual muchos de nosotros estamos en estado de conmoción. No obstante, pareciese que estas matanzas son más importantes o impactantes que los asesinatos individuales, los cuales superan por mucho las muertes colectivas. Es decir, nos impacta más 10 matanzas de 5 personas (50 personas asesinadas) que la muerte diaria de 5 personas en incidentes aislados (150 personas asesinadas en un mes), por dar un ejemplo.

¿Por qué será que nos pasa esto? Probablemente los asesinatos diarios se nos han vuelto paisaje porque todos los días vemos o escuchamos noticias de personas que fueron asesinados por robarles el celular, la plata, el carro, etc., por riñas entre pandillas, por ser líderes sociales, por violencia sexual o intrafamiliar, entre otros casos. Y son tantos, que perdemos la forma de hacerles seguimiento.

Otro motivo puede ser por el operar de los medios de comunicación y de la justicia. Mostrar la noticia de un asesinato es muy fácil, pero hacerle seguimiento a la justicia, de cómo están avanzando los casos, es tarea más compleja, y más si pensamos que son cientos o miles de asesinatos al año. Por eso a lo mejor es más fácil seguirle el caso a uno solo, en donde varias personas fueron asesinadas. Y si consideramos el operar lento de nuestra justicia, la verdad se hace muy difícil mantener el seguimiento a todos los asesinatos individuales, como para mostrar la noticia de que fue capturado “X” persona por el asesinato de “Y” hace 6 meses, por decir algo. Ya es noticia vieja.

Otro aspecto puede ser por la movilización del Estado. Cuando hay matanzas o asesinatos colectivos, normalmente ofrecen millonarias recompensas para dar con los culpables, sin embargo, para los asesinatos individuales, o no se ofrecen recompensas o no son tan millonarias. Esto refuerza el imaginario que los asesinatos individuales tienen menos importancia para el Estado que los asesinatos colectivos, por lo tanto, también tienen menos relevancia para nosotros.

Sin embargo, una muerte es una muerte, y no nos debería importar si fue de forma individual o colectiva, si fue por robo o por motivos políticos, si fue una persona rica con un abogado importante o una persona pobre, si fue un blanco o un negro, si fue un hombre o una mujer, entre otras diferenciaciones. Ante todas las muertes deberíamos conmocionarnos de la misma forma y buscar una verdadera justicia, verdad y reparación para las víctimas.

Ojalá lleguemos al punto en donde no sea tolerable que se pierda ni una sola vida más y la sociedad y el Estado nos movilicemos de la misma forma y contundencia para dar con los responsables y evitar que se vuelvan a repetir hechos similares. Recordemos que toda vida es valiosa e importante.

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Adicionalmente puedes ver el video:

Moción: Todas las vidas importan (All lives matter)

En las últimas semanas hemos sido testigos de grandes manifestaciones alrededor del mundo con la consigna “Black lives matter” (Las vidas negras importan). Estos movimientos son el resultado de un racismo sistemático y estructural en muchos de los países en donde la población negra es minoría y considerada inferior. Por consiguiente, estoy totalmente de acuerdo y los apoyo en su búsqueda de un mejor mundo para la población negra, siempre y cuando se haga en paz y respetando los derechos de los demás.

No obstante, quisiera hacer una invitación a la población en general para ir más allá, porque aunque es importante luchar por los derechos de una población, es mucho más importante que todos luchemos por los derechos de todos. En este caso, creo que deberíamos manifestar que no sólo las vidas negras importan, sino que todas las vidas importan. Las vidas de los migrantes, de las mujeres, de los indígenas, de los pobres, de los trans, de las prostitutas y de los no creyentes importan, por nombrar algunos casos.

Pero no solo las vidas de las “minorías” importan, las vidas de los blancos, del hombre y de los ricos también importan. No se trata de querer voltear el equilibrio y que los que han sido la “mayoría” dominante ahora sean dominados y pierdan sus derechos, sino de que reconozcamos que todas las vidas importan, sin consideración de nacionalidad, color de piel, género, orientación sexual, creencias, afiliación política o situación económica.

Y esto debería hacerse no sólo porque es necesario para hacer viable nuestra especie, sino también porque es más funcional y práctico. Si cada grupo se manifiesta sólo por los intereses de su grupo, el movimiento tiende a perder fuerza, y en la medida que más grupos hacen lo mismo, más paisaje se vuelve. Hoy son los negros, mañana las mujeres, pasado mañana los indígenas, el día después los pobres y así, permanentemente hasta que todos los grupos se manifiesten peleando sólo por su pedazo, por su comunidad.

¿No sería entonces más ético y práctico que todos nos pronunciemos y manifestemos que TODA VIDA IMPORTA?

Y lo mismo deberían hacer los gobiernos, no sólo enfocarse ahora en rectificar la discriminación histórica de la población negra, sino también aprovechar para rectificar la discriminación de todo tipo y hacia todo tipo de población.