Desde niños nos enseñan que la realidad es una sola y nos instruyen para diferenciar entre lo que es objetivo y lo que es subjetivo. Sin embargo, yo considero que no hay nada objetivo en el mundo, que todo es subjetivo, y que por lo tanto no existe una única realidad sino que existen tantas realidades como seres humanos en el planeta. Lo que denominamos realidad no es más que el conjunto de nuestras realidades individuales que al socializarse, se vuelven realidades sociales o colectivas. Y entre más colectivas, más “reales” o más “ciertas” se vuelven.
Con esto no estoy diciendo que las cosas en general no sean reales, nosotros, los animales, las plantas, los objetos, y todas las cosas “objetivas” a nuestro alrededor existen, lo que pasa es que para saber que existen, estos elementos deben pasar por nuestros sentidos y por nuestros lenguajes, para que podamos interpretarlos. Y ya, en el momento en que entendemos que la realidad necesita ser interpretada, deja de ser una realidad única, y se convierte en la realidad de cada ser vivo debido a que todos interpretamos el mundo de diferentes maneras.
Todos percibimos el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos. Y gracias al lenguaje, hemos podido socializar lo que percibimos, haciendo que compartamos esa realidad. No obstante, mientras no podamos vivir en el cuerpo de otra persona, no podremos saber a ciencia cierta si lo que todos denominamos verde, es percibido de la misma forma por todos, o si el olor de las rosas es el mismo, o si el sabor del chocolate es igual para todos. Claro, todos vemos, olemos y probamos, y decimos verde, rosa, chocolate, porque a través del lenguaje hemos etiquetado ese color, olor y sabor. Pero ¿estamos seguros que lo percibimos igual? Con certeza los daltónicos te podrán decir que el cielo es azul, porque a través del lenguaje les han enseñado que es azul, pero sabemos que el color que ellos ven es muy diferente al que nosotros percibimos. Y esto no significa que el nuestro es el color verdadero y que el de ellos es falso, sencillamente ambos son verdaderos, solo que uno está más socializado que el otro.
Cientificamente hemos demostrado que los animales no perciben el mundo como nosotros. Esto no significa que ellos están equivocados y que nosotros tenemos la razón, sencillamente ellos perciben la realidad a su forma para poder sobrevivir y nosotros hacemos lo mismo. Todos vemos diferentes aspectos de la realidad, pero nunca podremos percibirla en su totalidad. Y querer imponer nuestra forma de percibir el mundo a los demás seres vivos, sería el fin del planeta. Hoy sabemos que la forma de percibir de las abejas les permite percibir el polen y por eso son tan importantes como vectores de polinización. Si eliminaramos esa caracteristica y la reemplazaramos por nuestros sentidos, el polen dejaría de ser transportado por las abejas y estaríamos en grave riesgo de extinción.
De esta misma forma, tratar de imponer nuestra realidad a los demás seres humanos, como si la realidad fuese una sola, no solo es practicamente imposible sino que implicaría un gran uso de fuerza y violencia que sería muy perjudicial para nuestra existencia. No obstante, entre más socializadas y colectivas son las realidades, más fácil es la interacción humana. Es por esto que buscamos estandarizar, etiquetar y homologar la realidad para que sea más manejable, pero no debemos nunca olvidar que esto es un medio, más no un fin. Es decir, la homologación nos permite vivir mejor, más fácil, pero no debe ser nunca el objetivo, puesto que querer llevar a toda la raza humana a que perciba el mundo de la misma forma sería acabar con nuestra propia naturaleza humana.
Por lo tanto, acepta la diversidad, disfruta de la diferencia y enriquece tu realidad, entendiendo que no hay una sola realidad sino que cada ser humano vive su propia realidad. No trates de imponer tu realidad a la fuerza, solo expresala y si es lo suficientemente atractiva, las demás personas la aceptarán voluntariamente.