Moción: Realidad filtrada

Para conocer el mundo exterior a nosotros mismos existen básicamente dos (2) formas. La primera es a través de la experimentación directa mediante nuestros sentidos y la segunda es la experimentación indirecta a través de la comunicación con los demás. Esto significa que todo lo que consideramos “real” está filtrado por estos dos elementos, los sentidos y el lenguaje.

Todo lo que vemos, olemos, oímos, sentimos y degustamos, y que consideramos la realidad, no es más que la configuración de nuestro cerebro para percibir el mundo exterior. Esto no significa que necesariamente el mundo exterior sea eso que entendemos, o al menos no solo eso.

Lo que para mi es picante puede no serlo para otra persona. El olor a perro en la casa de una persona con mascota puede no ser percibido por el propietario. El ruido de la naturaleza en una casa de campo puede pasar desapercibido para los residentes. Las figuras y colores para una persona con mejor o peor visión que la mía pueden ser muy diferentes a lo que yo percibo. Y por último, lo que a mi me causa cosquillas no necesariamente le causa cosquillas a todos.

Esto significa que nuestro cerebro y nuestros sentidos son selectivos. Aprenden a resaltar u omitir olores, sabores, sonidos, etc., para que nuestra vida sea más funcional. Por lo tanto, lo que percibimos con nuestros sentidos no necesariamente es lo que hay o no en el mundo exterior.

Y no es solo eso, si nuestros ojos no estuvieran en posición de cazador, para poder tener perspectiva de profundidad, el mundo sería muy diferente. Si nuestros ojos pudiesen ver otras gamas de luces, todo sería distinto. Si nuestros oídos fuesen más agudos, percibiríamos todo un nuevo universo de sonidos. Y así, con cada sentido, si fuese diferente, la realidad que percibimos sería totalmente distinta.

Ahora bien, todo lo que no podemos conocer de primera mano, lo conocemos porque alguien más nos lo ha contado, ya sea personalmente, o a través de un medio, como un libro, la televisión, la radio, internet, etc.  Es decir, gracias al lenguaje, podemos experimentar lo que otros han experimentado.

Esto le agrega un segundo filtro, porque ahora la realidad no es solo lo que percibimos a través de nuestros sentidos, sino lo que somos capaces de codificar a través del lenguaje. Y el lenguaje es finito, mientras que la realidad es infinita. Por mucho que juguemos con las palabras para tratar de expresar de la mejor manera lo que sentimos o pensamos, no siempre lo logramos.

Por lo tanto, discutir sobre lo que es verdad o no, considerando que hay una verdad absoluta en el mundo, es no reconocer que la realidad está filtrada y que sólo somos capaces de percibir la realidad a través de los filtros de nuestros sentidos y nuestro lenguaje. Reconoce esta situación y tú entendimiento sobre los demás será cada vez mejor.

Finalmente, te invito a que me compartas aquellos escenarios en donde los sentidos te han “fallado” porque otros perciben algo que tu no, o aquellas circunstancias en dónde el lenguaje no ha sido suficiente para expresar lo que sientes. ¡Gracias!