En los últimos días hemos visto como diferentes grupos y manifestantes han tumbado varias estatuas de esclavistas alrededor del mundo en señal de protesta por el racismo aún vigente en nuestras sociedades. No obstante, si bien acepto la gran deuda social que tenemos con las poblaciones afro-descendientes en muchos países y el racismo estructural y sistemático presente en ellos, no creo que este acto aporte a crear una situación diferente y mejor.
Si esa fuese la solución o la norma, deberíamos tumbar las estatuas de Cristóbal Colón por la consecuencias sociales y culturales que la conquista de América trajo a los pueblos nativos; también deberíamos tumbar todas las iglesias y estatuas católicas por el exterminio de otras tradiciones y creencias ancestrales causadas por las cruzadas y la evangelización; En el mismo sentido, tendríamos que desmontar las redes férreas norteamericanas que fueron construidas por esclavos e inmigrantes; Igualmente sería justo tumbar las estatuas de hombres por el machismo arraigado de nuestras sociedades; Y a futuro, tendríamos que tumbar las plazas de toros por ser un recordatorio del maltrato animal.
Por consiguiente, si este fuese un actuar normalizado, no tendríamos historia porque nos veríamos en la necesidad de tumbar y reconstruir nuestras estatuas, edificios, plazas y demás, cada vez que la sociedad evoluciona o cambia. Si algo me sorprende cuando viajo por Europa, es la historia que cada plaza, edificio, muralla, estatua, placa o cualquier elemento cuenta de su larga historia de miles de años. Por el contrario, en Colombia veo con tristeza como vivimos tumbando viejos edificios, barrios, plazas, etc., para construir cosas más modernas, sin dejar rastro de nuestra historia y evolución.
La historia de la humanidad es la historia de los conflictos, normalmente contados por los vencedores, y puede ser muy dura, pero es lo que fue, y no podemos hacer nada para cambiarla. Ahora bien, lo que si podemos hacer es pensar en como re-configuramos estas estatuas, plazas, edificios, etc., para que reconozcamos nuestra historia, sin destruirlas, pero si re-significándolas. Las plazas con estatuas de esclavistas podrían volverse el punto de origen de movimientos sociales que logren el fin de la discriminación. Y al final, por qué no, poner una estatua al lado que lo conmemore, conservando así, los dos hitos históricos.
Si actuamos siempre con el ánimo de destruir, perderemos mucho antes de empezar a ganar, si es que es posible. Por eso es que debemos siempre pensar en cómo manifestarnos y actuar desde lo constructivo, aceptando nuestra historia, lo que somos y hemos hecho, para no repetirla y así convertirnos en algo mejor. Recordemos que hoy podemos tomar decisiones considerando que es lo mejor para nuestras sociedades, pero las sociedades futuras puede que no nos vean de esa forma.
¿Qué opinas tú? ¿Es válido destruir lo que consideramos no es adecuado o bien visto en nuestra sociedad moderna? o ¿Debemos aceptar nuestra historia y construir algo mejor?