Moción: Ni una vida más.

Desafortunadamente, en el último mes en mi país, se han incrementado las matanzas o asesinatos colectivos a lo largo y ancho del territorio, razón por la cual muchos de nosotros estamos en estado de conmoción. No obstante, pareciese que estas matanzas son más importantes o impactantes que los asesinatos individuales, los cuales superan por mucho las muertes colectivas. Es decir, nos impacta más 10 matanzas de 5 personas (50 personas asesinadas) que la muerte diaria de 5 personas en incidentes aislados (150 personas asesinadas en un mes), por dar un ejemplo.

¿Por qué será que nos pasa esto? Probablemente los asesinatos diarios se nos han vuelto paisaje porque todos los días vemos o escuchamos noticias de personas que fueron asesinados por robarles el celular, la plata, el carro, etc., por riñas entre pandillas, por ser líderes sociales, por violencia sexual o intrafamiliar, entre otros casos. Y son tantos, que perdemos la forma de hacerles seguimiento.

Otro motivo puede ser por el operar de los medios de comunicación y de la justicia. Mostrar la noticia de un asesinato es muy fácil, pero hacerle seguimiento a la justicia, de cómo están avanzando los casos, es tarea más compleja, y más si pensamos que son cientos o miles de asesinatos al año. Por eso a lo mejor es más fácil seguirle el caso a uno solo, en donde varias personas fueron asesinadas. Y si consideramos el operar lento de nuestra justicia, la verdad se hace muy difícil mantener el seguimiento a todos los asesinatos individuales, como para mostrar la noticia de que fue capturado “X” persona por el asesinato de “Y” hace 6 meses, por decir algo. Ya es noticia vieja.

Otro aspecto puede ser por la movilización del Estado. Cuando hay matanzas o asesinatos colectivos, normalmente ofrecen millonarias recompensas para dar con los culpables, sin embargo, para los asesinatos individuales, o no se ofrecen recompensas o no son tan millonarias. Esto refuerza el imaginario que los asesinatos individuales tienen menos importancia para el Estado que los asesinatos colectivos, por lo tanto, también tienen menos relevancia para nosotros.

Sin embargo, una muerte es una muerte, y no nos debería importar si fue de forma individual o colectiva, si fue por robo o por motivos políticos, si fue una persona rica con un abogado importante o una persona pobre, si fue un blanco o un negro, si fue un hombre o una mujer, entre otras diferenciaciones. Ante todas las muertes deberíamos conmocionarnos de la misma forma y buscar una verdadera justicia, verdad y reparación para las víctimas.

Ojalá lleguemos al punto en donde no sea tolerable que se pierda ni una sola vida más y la sociedad y el Estado nos movilicemos de la misma forma y contundencia para dar con los responsables y evitar que se vuelvan a repetir hechos similares. Recordemos que toda vida es valiosa e importante.

¡Comparte conmigo tus pensamientos!

Adicionalmente puedes ver el video:

Moción: Mentalidad de escasez.

En la moción del día de hoy quiero hablarles sobre la mentalidad de escasez, aquella predisposición mental a prestar mayor atención a lo que nos falta o no tenemos, muy por encima de lo que tenemos, y cómo esta mentalidad puede estar afectando nuestras vidas.

En términos cotidianos, es el viejo dilema de si vemos el vaso medio vacío o medio lleno. Si tenemos una mentalidad de escasez, siempre estaremos viendo el vaso medio vacío, mientras que si tenemos una mentalidad de abundancia, siempre estaremos viendo el vaso medio lleno.

Esto significa que aquellas personas que tienen una predisposición a pensar en términos de escasez, ven la vida y todo lo que sucede en relación a lo que falta, no en relación a lo que hay. Son aquellas personas que cuando conocen a una posible pareja ven sólo los defectos y lo que no les gusta, en vez de resaltar los atributos positivos y que son de su agrado. Lo mismo les pasa con un nuevo trabajo, tienden a ver más lo que este nuevo trabajo no tiene en relación al anterior, en vez de enfocarse en las cosas adicionales o que si tiene de ventajas en relación al anterior.

Esto se similar a cuando las personas ganan en la lotería, más no el premio mayor. No ven los millones que se acaban de ganar, sino que sólo piensan en los millones que dejaron de ganarse por no haberle pegado al premio mayor. Y así frente a todos los sucesos de sus vidas, prestan mayor atención a lo que pudo ser, a lo que falta, a lo que no tienen, en vez de enfocar su atención a las cosas que si tienen, a lo que es.

Esta mentalidad es en parte responsable de la depresión. Nuestra mente no nos permite ver todas las cosas positivas que tenemos en nuestras vidas sino que se enfoca en lo negativo. No importa que tengamos una familia unida y amorosa, que tengamos un hogar, un trabajo y salud, si siempre estamos pensando por ejemplo, en que quisiéramos ganar más dinero para hacer otras cosas, nuestra mente no nos deja disfrutar lo que tenemos ni lo que hacemos, porque vivimos añorando lo que no tenemos, lo que nos falta.

¿Nos enfocamos en lo que tenemos, o en lo que nos hace falta?

Por el contrario, aquellos que tienen una predisposición mental a la abundancia, incluso en la escasez encuentran motivos para ser felices. No necesitan 100 amigos para ser felices, necesitan sólo unos pocos. No requieren de millones para disfrutar la vida, requieren sólo tener sus necesidades básicas satisfechas. Con lo que tienen, sea mucho o poco, se las ingenian para disfrutar la vida a plenitud, porque prestan más atención a lo que tienen, a lo que pueden hacer, a lo que está a su alcance y no a lo que les falta.

Por lo tanto, si queremos ser felices, es necesario que cambiemos nuestra predisposición mental de la escasez hacia la abundancia. Debemos aprender a valorar más lo que tenemos que lo que nos hace falta. Esto no es algo que lograremos cambiar de un día para otro, pero en la medida en que seamos más consientes sobre cómo nuestro cerebro funciona y a qué le pone más atención nuestra mente, más control tendremos para hacer una pausa y tomar la decisión de ajustar nuestra mirada, nuestra mente.

Finalmente, cuéntame cuál es tu mentalidad y/o en qué casos reconoces que tu mentalidad de escasez se activa con mayor frecuencia. Recuerda que entre más consiente seas de esto, más posibilidades tienes de cambiar tu mentalidad y tu vida.

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Moción: Nadie puede dar de lo que no tiene.

Hay una situación de la que no siempre somos conscientes y es que nadie puede dar de lo que no tiene. Y esto aplica en todos los aspectos de nuestra vida, a nivel financiero, religioso, emocional, corporativo, entre otros. Por lo tanto, entender esta realidad puede ayudarnos a mejorar nuestra vida y la de los demás.

Por ejemplo, a nivel financiero, si nuestras deudas superan nuestros ingresos, somos financieramente inviables. Puede que aguantemos por un tiempo, que logremos con préstamos solventar algunas situaciones, pero eventualmente, la deuda será inmanejable y perderemos todo lo que hemos construido. La solución puede ser reducir los gastos y/o aumentar los ingresos, para que al final logremos tener más ingresos que gastos. En esta situación, podemos dar de lo que tenemos, sin sacrificarnos a nosotros mismos.

A nivel personal y emocional, es lo mismo. Sólo si nos amamos y respetamos a nosotros mismos somos capaces de amar y respetar a otros. Depender de que otros me amen y me respeten para que yo lo pueda hacer, o para que yo me ame y me respete es como vivir de préstamos. Eventualmente los préstamos serán impagables. Por lo tanto, no podemos pedirle o exigirle a los demás que nos amen y nos respeten, si primero no nos amamos y respetamos a nosotros mismos. Debemos entonces construir primero nuestra autoestima, nuestro amor propio y nuestro auto respeto para poder estar dispuestos para dar amor y respeto a otros.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

Y en el ambiente corporativo pasa de la misma forma. Las empresas pueden crear y pagar las mejores campañas de publicidad, que si lo que ofrecen no es el reflejo de lo que son, eventualmente esa imagen fabricada es reemplazada por la imagen real. Por ejemplo, es como cuando uno está buscando un hotel y las fotos se ven fantásticas, pero los comentarios de los huéspedes son terribles. O cuando una empresa publicita que es líder en servicio, pero consistentemente en cada interacción con ellos, la experiencia de servicio es un fracaso total. En este sentido, las empresas pueden igualmente vivir de crédito publicitario sólo hasta que los clientes conozcan cómo son por dentro, y en ese momento puede que ya sea muy tarde. Por lo tanto, lo que “vendemos” hacia afuera sólo puede ser el resultado de lo que “somos” internamente.

Y así, en todos los aspectos de nuestra vida. Por lo tanto, si comprendemos esta situación, entenderemos que siempre el primer paso es trabajar hacia el interior para construir las bases que luego nos permitan dar de lo que ya tenemos. Y por consiguiente, entenderemos también que no podemos pedirle o exigirle a los demás que nos den algo que ellos no tienen. Pedir que la gente no sea violenta cuando es lo único que tienen, o que sean más educados cuando nunca han aprendido lo que esperamos de ellos, es como pedirle a alguien que se autodestruye con drogas y violencia que nos ame y respete, o como pedirle a un indigente que nos preste para construir nuestra casa.

Finalmente, si sólo podemos dar de lo que tenemos. ¿Qué tienes tú para darle al mundo? ¿Amor, respeto, tolerancia u odio, violencia y temor?

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Moción: Profecías autocumplidas

Nuestra vida no es otra cosa que una seria de profecías autocumplidas porque somos el resultado de las historias que nos contamos a nosotros mismos. Por lo tanto, la moción de hoy pretende invitarte a que crees mejores profecías para que tu historia sea el resultado de una planeación consiente y no producto del azar o de lo que la sociedad desea imponerte.

Por ejemplo, ciertas comidas no nos placen a la vista o al olfato, razón por la cual pensamos y decimos que no nos gustan, así nunca las hayamos probado. Y puede que pasemos toda la vida sin probarlas o puede que las probemos un poquito, y nuestra profecía se haga realidad porque de antemano le estamos mandando mensajes a nuestro cuerpo que no nos gusta. Por lo tanto, creamos una historia sobre algo que creemos no nos gusta, o no hacemos el mayor esfuerzo para intentar adquirir el gusto. De cualquier forma, la profecía se autocumple y nunca volvemos a consumir esos alimentos porque “no nos gustan”.

También nos pasa que ciertas cosas en la vida a las que no les ponemos la debida atención, cuando lo hacemos, se autocumplen. Por ejemplo, si alguien te dice un día “Uff, la ciudad está llena de huecos”, es probable que no sepas responder porque no lo has notado, pero de inmediato, apenas salgas a la calle, vas a empezar a mirar si hay huecos, y lo más probable es que caigas en todos porque los estás buscando, haciendo que la profecía se cumpla, reforzando la creencia de que en la ciudad hay muchos huecos.

Y esos dos ejemplos se pueden proyectar a toda nuestra vida y a todos los escenarios. Si nos dicen y creemos que somos inteligentes y dedicados, entonces estudiaremos mucho, lo que nos convertirá en alguien inteligente y dedicado. Por el contrario, si nos dicen y nosotros mismos nos decimos, que somos dispersos y flojos, entonces frente a cualquier tarea difícil nos rendiremos fácilmente, reforzando la profecía de que somos dispersos y flojos. Si creemos que tenemos un talento, trabajaremos ese talento y lo desarrollaremos hasta que la profecía se cumpla y seamos realmente buenos, mientras que por el contrario, si creemos que no tenemos talento, no trabajaremos en él, ni lo desarrollaremos, así que al final resultará que efectivamente no tenemos ese talento.

Es por esto que somos buenos en todo lo que consideramos que somos buenos, y somos malos en todo lo que creemos en lo que somos malos, porque todos los días nos reforzamos esas creencias y decidimos seguir practicando y desarrollando en lo que somos buenos, haciéndonos mejores, y desistimos de practicar y desarrollar en lo que no somos tan buenos, evitando que podamos mejorar. De esta forma, las historias y creencias que nos contamos a nosotros mismos, se vuelven nuestra propia historia, haciendo que nuestras profecías sobre nosotros mismos se cumplan.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

Por lo tanto, si quieres cambiar tu vida y forma de ser, empieza diciéndote mejores profecías sobre tu vida y sobre ti mismo, pues todo lo que te digas y te creas, se cumplirá. Si hay algo en lo que no eres muy bueno, piensa que lo eres y practica hasta serlo; Y si quieres alcanzar una meta pero no crees poder, mentalizate en que sí puedes y has todo lo que esté a tu alcance para lograrlo. Si lo crees, lo harás y lo conseguirás.

Y finalmente, cuando lo logres y puedas gestionar tu vida a tu antojo, entendiendo la importancia de las historias que tu mismo creas sobre ti, que te potencian o te limitan, podrás entonces comprender cómo tus historias sobre los demás también los afectan. Ten cuidado especialmente sobre lo que le dices a tus hijos o niños pequeños, pues esas historias y creencias marcarán su realidad hasta que sean capaces de moldear su propia historia.

Espero este mensaje te ayude a cambiar y mejorar tu vida, y ojalá quieras compartir tu experiencia, contándonos como tu creencia en ti mismo te limita o te potencia.

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Moción: La preocupación

En línea con mi anterior moción sobre el significado de la palabra “Expresión”, hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre el significado de la palabra “Preocupación” y el impacto que tiene en la forma en que abordamos la vida.

La preocupación, como lo expresa su etimología, no es otra cosa que una Pre-Ocupación, es decir que cuando nos preocupamos lo que hacemos es ocuparnos previa o anticipadamente. Por lo tanto, pasamos de un estado de ocupación presente a un estado de angustia debido a la incertidumbre del futuro o a una posibilidad negativa. Esto hace que olvidemos el presente debido al miedo del futuro.

Por consiguiente, si entendemos el origen de la palabra, podemos decidir si queremos vivir la vida Pre-Ocupados u Ocupados. Por ejemplo, muchos pueden sentirse afligidos por la falta de empleo o por el deseo de un mejor empleo. Frente a esta situación, hay dos formas de actuar: la primera es ocuparse de la situación, mandar hojas de vida, ampliar la red de contactos, tomar cursos de educación continua, crear una empresa y muchas cosas más que a corto, mediano o largo plazo traerán como resultado la consecución de un trabajo, o de un mejor; y la segunda opción es quedarse en el lamento, la angustia, el estrés y la preocupación, que a corto, mediano o largo plazo no traerán nada porque no te has ocupado de lo necesario, del presente.

De la misma forma, hoy en día estamos muy preocupados con lo que puede pasar a futuro debido a la pandemia del Covid-19. Y las opciones son las mismas: O te ocupas del presente, ajustas tus procesos, tus finanzas, tu forma de hacer negocios y te reinventas, entre muchas otras acciones; o te preocupas por el futuro, sin tomar las acciones necesarias para evitar cualquier resultado negativo, lo que por defecto funcionará como una profecía auto-cumplida.

Al final, cuando nos pre-ocupamos, los únicos resultados posibles son que nuestro miedo se haga realidad o que no pase nada, pero ninguno de esos resultados son el producto de nuestro actuar, son sólo el resultado de la suerte o el azar. Sólo ocupándonos en el presente, en lo que hoy podemos hacer, tenemos la posibilidad de hacer que el futuro que deseamos se dé como lo soñamos.

El futuro es el resultado de los pasos que das hoy, así que tú puedes elegir qué pasos dar y en qué dirección, dependiendo del futuro que deseas. Si sólo te preocupas, no estás caminando hacia ninguna dirección, así que cualquier resultado puede pasar.

Recuerda, es tú decisión vivir pre-ocupado y gobernado por tus miedos, inseguridades e incertidumbres, o decidir tomar acciones hoy para ocuparte de tu presente y así construir el futuro que deseas.

Por consiguiente, ¿Estás pre-ocupado o te estás ocupando de construir tu futuro ideal?

Los invito a que me cuenten qué acciones están realizando hoy para apropiarse de su propio destino.

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Moción: En defensa de los “tibios”.

En la moción de hoy, quiero hacer una defensa de los mal llamados “tibios”, aquellas personas que no se van a los extremos y que defienden una mirada más integradora, central y respetuosa. Por lo mismo, son tildados de tener pocas convicciones, posturas suaves y personalidad no definida. Pero esto a mi parecer, está lejos de la realidad, pues nada más difícil y retador que ser “tibio”.

En este mundo polarizado, globalizado y consumista, pareciese que la peor estrategia es ser “tibio”.

En mercadeo, si tu comercial es muy bueno o muy malo, ambas opciones tienen beneficios porque las personas hablan de tu producto y de tu comercial, está en la mente de los consumidores, y por lo tanto, lo peor que te puede pasar, es que sea normal, tibio, que pase desapercibido porque nadie lo recordará ni hablará de él.

En política es lo mismo, ser de izquierda o derecha vende y conquista votos porque es más fácil vender enemigos imaginarios, ofrecer soluciones simples y desviar el debate ideológico, manipulando las emociones. Al polarizar, las emociones son más profundas, especialmente el odio y la ira, así que movilizan más a las personas.

En redes sociales pasa igual, frente a cualquier tema, habrá personas que defiendan y ataquen, pero eso es lo importante, dar de qué hablar. Si no haces nada extremo, pasas desapercibido. En esos casos, es mejor pasar por “malo” y que muchas personas critiquen, porque con las vistas y los comentarios es que las personas reciben su sueldo.

Finalmente, con las pruebas psicológicas pasa lo mismo. Muchas de las pruebas te ponen una escala entre totalmente en desacuerdo y totalmente de acuerdo, y te recomiendan irte por un lado o por el otro, porque si siempre pones ni de acuerdo ni en desacuerdo, es que eres un “tibio” sin personalidad definida.

No obstante y pese a lo anterior, si queremos un mundo viable, respetuoso, abierto al debate, solidario, en paz y humano, son los “tibios” lo que lo harán posible. No hay otra opción. Sólo aquellos lo suficientemente valientes para buscar y promover lo bueno de ambos extremos y rechazar lo negativo, son los que nos permitirán reconciliarnos como sociedad.

Adicionalmente, son los de personalidad más fuerte y resistente porque se niegan a vender sus creencias y valores. Luchan a muerte en el medio, sabiendo que probablemente conseguirán menos votos, seguidores y/o compradores que los que se van a los extremos, pero deciden mantenerse “tibios” porque reconocen que es lo que realmente nos conviene como sociedad.

Por lo tanto, defiendo, agradezco y felicito a todos los “tibios” que trabajan día a día, buscando reconciliar los extremos de nuestra sociedad y crear un mundo mejor donde todos quepamos, aunque esto signifique tener menos votos, seguidores o dinero. Y los invito a todos a ser cada día más “tibios”, a ser mediadores, integradores y defensores de los derechos de todos.

Y te reto a hacer la prueba. ¿Qué es más fácil, juzgar el mundo desde tu visión de la realidad, o aceptar que otros pueden tener razón, estar dispuesto a escucharla e incluso a aceptarla, para poder construir una realidad que abarque ambas visiones? Te aseguro, juzgar es más fácil, por eso nuestra sociedad está cada vez más polarizada e intolerante.

¡Que vivan los tibios!

PD/ ¿Eres tibio? ¿Tienes la fortaleza para serlo? O ¿Quieres serlo? Entonces deja tu comentario o replica este mensaje diciéndolo en voz alta: Soy un tibio.

Moción: Las palabras hieren, sólo si lo permites.

Las palabras y el lenguaje tienen un gran poder sobre nuestras vidas porque determinan la forma en que pensamos sobre los demás y sobre nosotros mismos, entre muchas otras cosas. No obstante, este proceso se da interiormente, en nuestra comunicación con nosotros mismos, así que en la práctica, las únicas palabras que tienen poder, son las tuyas. Cada uno de nosotros es el protagonista y narrador de su propia vida, por lo tanto, la única historia que cuenta es la que nosotros creamos sobre nosotros mismos.

¿Quién determina qué es la felicidad, la belleza, el amor, lo aceptable y lo ideal? Cada uno de nosotros. Por lo tanto, ¿Qué importa lo que los demás piensen? En realidad, si así lo decides, nada. Lo único que realmente importa es lo que tú pienses de ti mismo.

Las personas pueden intentar herirte y hacerte sentir inferior, pero eres tú el que decide si te dejas herir y si te dejas afectar por lo que los demás dicen. Los seres humanos tendemos a decir nuestras opiniones sobre lo que consideramos real para nosotros, y tratamos de extender nuestra realidad a los demás, para sentir que pertenecemos. Damos juicios de valor sobre lo que consideramos bello, inteligente, ideal, etc., pero debes recordar que no es más que eso, una opinión sobre una realidad, pero no necesariamente tú tienes que estar de acuerdo con esa opinión y esa realidad.

Este tema siempre me recuerda la película “Amor ciego”, porque si tu estás enamorado, nada más importa. Las personas pueden decirte que la persona que amas no es bella, inteligente, amable, etc., pero si tú la vez hermosa, te reta intelectualmente y es amable contigo, eso lo único que debería importarte. Lo mismo pasa con tu autoestima. Si otras personas te dice que eres una persona fea, boba, no interesante, etc., es su opinión, pero si tú te sientes una persona hermosa, inteligente e interesante, las palabras de los demás no pueden herirte ni tocarte.

El problema surge cuando permitimos que las palabras de otros, sus opiniones y realidades, nos hieran y se conviertan en nuestra propia opinión y realidad. Si sólo te consideras una persona bella porque te lo dicen, o inteligente porque obtienes buenas calificaciones, o interesante porque muchas personas te rodean, estás permitiendo que tu felicidad, tu vida y tu historia sea contada por otros. Dejas de ser el narrador y protagonista de tu historia y te conviertes en el títere de los demás.

Por lo tanto, no permitas que las palabras de los demás te lastimen y evita intentar lastimar a los demás con tus palabras. Confía únicamente en la historia que tu mismo te cuentas y crea la mejor historia de ti mismo, una historia que te recuerde siempre que eres una persona maravillosa y única, y que tienes todo para ser feliz.

Moción: Abusos del poder.

El poder y la dependencia del poder son una mezcla toxica sin salida fácil. Los constantes casos de “manzanas podridas” dentro del ejercito y la policía, la corrupción, el acoso laboral y la violencia intra familiar son sólo algunos ejemplos que evidencian esta situación.

El ejercito y la policía son por defecto, instituciones basadas en la jerarquía y en cumplimiento de las órdenes de los superiores. Un soldado o policía que no cumpla órdenes ni respete a sus superiores, no sirve. Lo anterior, por principio, en un mundo ideal está perfecto. Pero en la práctica, unido al hecho de ser instituciones auto controladas, puede hacer que se tergiverse el sentido. No creo que sean “manzanas podridas” los que comenten actos que no corresponden con la razón de ser de estas instituciones. Tampoco creo que el problema sean las instituciones como tal. Lo que creo es que al interior de estas instituciones se vive el abuso del poder y la dependencia del mismo, lo que hace que estas situaciones se presenten frecuentemente, más de lo que quisiéramos aceptar.

¿Que opción tiene un soldado o policía que ve a un superior cometer un acto reprochable? No puede denunciarlos a un órgano de seguridad, porque ellos mismos son la institución de seguridad. Puede denunciarlo a un superior de mayor grado, pero si éste es “amigo” del superior, si vida como soldado o policía se acabó. Puede dejar la institución, pero si es la única fuente de empleo, o si es lo que realmente lo realiza como persona, ¿Por qué tendría que dejarla por otro que está dejando el nombre de la institución por el piso? Como ven, las opciones no son claras y la salida no es fácil. Creo entonces que el problema no son las instituciones, ni los soldados o policías de base que están podridos, creo que el problema son las personas en el poder de estas instituciones, que lo usan para sus intereses particulares y someten a sus miembros a una dependencia de ese poder.

Lo mismo pasa con la corrupción. Todos la reprochamos pero no podemos salir de ella. ¿Qué opción tiene un político si necesita una millonada de dinero para poder llegar a un cargo público? O venir de una familia millonaria, o endeudar sus decisiones con el partido o las empresas que lo apoyan. Por lo tanto nunca podrá gobernar para el pueblo porque desde el principio, tiene que gobernar para pagar su deuda. Así, el poder y la dependencia de él, se activan para que la corrupción sea el diario vivir, tanto así, que algunas veces la confundimos con la forma “normal” de hacer política. Igual, las salidas no son fáciles. Y de nuevo, el problema no son los nuevos políticos o la democracia como tal, tal vez el problema es el ciclo vicioso de los que ya están en el poder y buscan perpetuar su poder. A lo mejor necesitaríamos que el gobierno pague todas las campañas y que nadie pueda financiarlas con dinero externo.  Así todos tendrían la misma oportunidad y no tendrían endeudada su ética y moral.

Igualmente pasa en las empresas. Permanentemente escuchamos de empresas o líderes que son abusivos, que maltratan a sus empleados, que las condiciones laborales son malas, pero ahí siguen operando. Y de nuevo, ¿Qué opción tiene un empleado abusado? Puede demandar o denunciar, pero muchos sienten miedo porque creen que nadie más los va a volver a contratar pues ellos podrían ser los siguientes en ser demandados. Puede renunciar, pero si depende del ingreso, no podrá hacerlo hasta que consiga otro trabajo. Puede denunciarlo con en superior del jefe, pero si es “amigo”, le harán la vida aún más imposible para que termine renunciando. De nuevo, las salidas no son fáciles pues todos los asalariados dependen de su salario para sobrevivir. Y al depender de ese poder productivo, se sienten impotentes.

Finalmente, pasa de la misma forma en las familias. ¿Cuántos casos conocemos de violencia intra familiar, que siguen juntos?. Denunciar a la pareja significa perder los beneficios y crearse una estigma. Por eso muchos prefieren seguir ahí, sufriendo los abusos de la pareja, por la dependencia que tienen de ella, o por sus propios miedos. Por lo tanto la salida no es fácil, no es que me pegó y mañana denuncio, me mudo de casa, me llevo a los niños, etc. Cada decisión conlleva una serie de consecuencias que no todos pueden “pagarlas” y por lo tanto se ven obligados a quedarse.

Por lo tanto, esta moción tiene dos objetivos. Primero, que seamos más tolerantes y respetuosos cuando veamos casos de personas que no saben que hacer, que están siendo abusados, intimidados y explotados pero que no actúan, porque no ven la salida y no encuentran cómo salir bien librados de esa situación. Por lo tanto, respetemos y apoyémos a los que viven estas situaciones. Segundo, invitarnos a repensar en nuestras instituciones de poder (Gobierno, fuerzas armadas, empresas, iglesias y familias, entre otras) para que el poder no pueda mezclarse con la dependencia de él, y así podamos crear mecanismos fáciles para denunciar actos reprochables sin que los denunciantes (Las victimas) se conviertan en los victimarios ante los ojos de los demás.

De todos depende que podamos romper estos ciclos viciosos y construir instituciones de poder virtuosas, como deben ser.

¿Qué piensas tú?

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Moción: Democracias fallidas

El modelo democrático, tan idóneo en palabras y en papel, está evidenciando tener grandes fallas en la práctica, a mi parecer, en muchos países que lo ejercen. Y estos problemas vienen de todas partes, desde los gobernantes y las instituciones y poderes democráticos, hasta de la ciudadanía, en su forma de ejercerla y controlarla.

Primero, creo que los gobernantes y las instituciones democráticas se han olvidado de su rol, como representantes de una intencionalidad colectiva manifestada en las urnas, pero que no es estable y que se transforma constantemente. En esta situación, parece ser que el único rol de la ciudadanía es votar y ya. Y el único interés de los gobernantes es hacer que la ciudadanía vote por ellos, para que ellos puedan ejercer su plan de gobierno, sin necesidad de escuchar a la ciudadanía. Una vez electo, cada gobernante perece que se olvida de las personas que lo eligieron y peor aún, de las personas que aunque no lo eligieron, hacen parte de la población a gobernar.

Es decir, que desde las instituciones y los poderes democráticos, la democracia se ejerce para llegar a los cargos públicos, pero de ahí en adelante no se requiere. Después de las elecciones se transforma a un modelo autoritario, en donde cada representante busca sus intereses particulares, olvidándose de los intereses del pueblo. Parece que dirigen desde un escritorio, desconociendo la realidad de su pueblo.

Si lo comparamos con el sector privado, es como pensar que el rol de un gerente es estar todo el día en su oficina, viendo informes, sin ni siquiera conocer sus oficinas y las personas que laboran en ellas. Un gerente general que se respete, debe conocer todos los niveles de su organización y estar siempre dispuesto a escuchar a cualquiera de sus empleados. Lo mismo debería pasar en nuestras democracias, pero me parece que no pasa así. Los gobernantes gobiernan con informes, desconociendo la realidad de sus poblaciones y sin ningún mecanismo idóneo para escucharlos.

Segundo, y en relación con lo anterior, el rol del ciudadano de una democracia se ha venido desfigurando. Su único rol es votar. Más allá de eso, el ciudadano no encuentra los mecanismos idóneos para manifestar sus inconformidades y para encontrar respuestas. Por lo tanto, en la gran mayoría de los países veo como el ciudadano ha decidido optar por la “fácil” y es secuestrar las democracias. Hoy en día vivimos en democracias secuestradas por el interés del momento.

En Colombia por ejemplo, cada día un sector diferente toma la misma estrategia para hacerse “escuchar”. Los indígenas, taxistas, médicos, profesores, empleados de la rama judicial, campesinos, guerrilleros y paramilitares son sólo algunos de los ejemplos que en los últimos años han decidido hacer paros o manifestaciones de alguna índole para manifestar su inconformidad. Y no me mal interpreten, la marcha, el paro y las manifestaciones son una opción bastante válida, el problema está en la forma. Entre más colapsen al país, entre más daños o perdidas económicas causen, “mejor” es el resultado para hacerse escuchar y que el gobierno se siente a dialogar con ellos.

Reconozco que en muchos de estos casos, las causas son válidas e importantes, pero para mi pierden toda validez cuando la estrategia es hacer valer sus intereses por encima de los intereses de los demás. Lo hacemos para ganar algo, sin importar quienes pierdan. Y lo peor, es que todos estamos buscando mejorar, pero en muchos casos los resultados son tan fatídicos, que el presupuesto se destina para reparar lo destruido en vez de invertirlo en las verdaderas necesidades, así que de esta forma, secuestrando a la fuerza el escuchar del estado, nadie gana.

Finalmente, creo que si queremos resultados diferentes, debemos hacer cosas diferentes. Como ciudadanos, debemos reinventar nuestra forma de hacernos escuchar en las democracias, sin destruir o secuestrar al país, pero si evidenciando lo importante que nuestra voz es. Debemos crear nuevas formas, más simbólicas, con mayor significado e impacto, que permitan construir a futuro. Vivimos en un mundo digital, donde la reputación de una empresa se puede desplomar en 5 minutos por un mal actuar, pero nos parece improbable hacer lo mismo con las instituciones públicas y gobernantes. Yo no lo creo, y estoy seguro que hay formas diferentes de hacer valer nuestros derechos, respetando los de los demás, y sin necesidad de violencia.

En conclusión, si no queremos seguir viviendo en democracias fallidas, señores gobernantes y empleados públicos, necesitamos que escuchen al pueblo y que creen canales idóneos de comunicación para entender las necesidades de la población, para que puedan tenerlas en cuenta al momento de hacer su trabajo por el bien de toda la ciudadanía. Y compañeros ciudadanos, basta ya de secuestrar el actuar del estado a través de actos de violencia o manifestaciones que paralicen la economía, la movilidad y la libertad de los demás ciudadanos. Debemos crear nuevas alternativas para hacer valer nuestros intereses, respetando los intereses de los demás, de forma pacífica pero efectiva.

Ojalá, si ambas partes hacemos bien nuestra labor, nuestras democracias puedan brillar por ser ejemplo de prosperidad y bienestar para todos sus ciudadanos, gracias a instituciones sólidas y confiables que escuchan al pueblo, y una ciudadanía activa, participativa, que respeta y construye.

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Moción: Micro-violencias e irrespeto.

En línea con la anterior publicación, un amigo en estos días publicó una imagen de cuatro micro-machismos, los cuales efectivamente cuando se dan desde un hombre hacia una mujer, se constituyen en actitudes machistas, no obstante, si lo vemos con una mirada más amplia, esos comportamientos son micro-violencias y señales claras de irrespeto, independientemente de quién las origine y hacia quién se enfoquen. He aquí mi adaptación:

Soberbia: Cuando una persona incrédula cuestiona tu conocimiento e intenta iluminar tu discurso con su sabiduría. Es decir, cuando alguien trata de imponer sus creencias o su realidad sobre los demás, ejerce una violencia y denota que no respeta las creencias de los demás, al considerar que sólo la suya es válida.

Interrupcionitis: Interrupción innecesaria del discurso de una persona por parte de otra. Cuando alguien no permite que otras personas se expresen libre y abiertamente sobre cualquier tema, interrumpiéndolas y en muchos casos poniendo palabras en sus bocas como señal de que eso no es lo que querían decir sino otra cosa, se está violentando el derecho a la libre expresión y creencias.

Normalitis: Este concepto consiste en hacerle cree a una persona, de forma muy sutil, que está loca. Al no entender los pensamientos y sentimientos de otra persona, o al no compartirlos, tendemos a considerar que esa otra persona no es normal, no está en lo correcto y/o que está equivocada y tratamos de diferentes formas, algunas veces sutiles, y otras veces no tanto, de que cambie sus creencias a miedo de parecer estar loca, o no ser “normal”. Nuevamente, intentamos imponer nuestra realidad, violentando las creencias de los demás, enmascarados en la falsa creencia de que hay comportamientos normales y anormales.

Plagio: Se trata de ese momento, en que tienes una idea, la aplicas y una persona diferente se lleva los créditos de tu iniciativa. Puede ser tu jefe, un compañero, amigo, familiar o quien sea, aquí y en cualquier parte del mundo es usurpación, plagio. Cuando alguien hace pasar pasar por propias, iniciativas de otros, es una clara violencia y una señal de menosprecio e irrespeto con la persona que realizó todo el esfuerzo.

Por lo tanto, si aplicamos alguna o todas las actitudes expresadas en este escrito, no sólo estaremos actuando con actitud machista, si somos hombres y lo aplicamos con mujeres, sino que en general estaremos cometiendo actos de violencia sutil y demostrando nuestra falta de respeto por los demás.

Recordemos no ser soberbios creyendo que siempre tenemos la razón, permitamos que todos expresen libre y abiertamente sus opiniones sin interrupciones, olvidemos la falsa creencia de que hay cosas normales, y nunca robemos el esfuerzo de los demás. No importa quienes somos y a quienes aplicamos estas actitudes, pues si lo hacemos, siempre estaremos actuando violentamente, así no lo parezca.

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