Gracias a Albert Einstein se suele decir que “existen dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro”. Independientemente del contexto o la intención de la frase, que siendo honesto desconozco, quiero hacer esta moción para reflexionar sobre mi interpretación.
Creo que muchas personas interpretan la frase como una división entre las personas religiosas y las personas de ciencia. O crees en una divinidad y consideras que todo es un milagro, o crees en la ciencia y consideras que todo tiene una explicación científica, razón por la cual ya no es un milagro sino que es una consecuencia lógica.
No obstante, creo que esa interpretación está dada por el significado que le atribuimos al término milagro. Para la gran mayoría, un milagro es un suceso extraordinario y maravilloso que no puede explicarse por las leyes naturales o científicas y que se atribuye a una intervención divina. Sin embargo, creo que podría considerarse también como milagro todo suceso que parece improbable, impensable o incluso ilógico pero que sucede a pesar de todo.
Frente a este segundo posible uso del término milagro, yo considero que si bien casi todo hoy en día lo podemos explicar mediante la ciencia, no deja de ser un milagro. Así conozcamos cómo funcionan las cosas, así sepamos las causas, leyes, componentes o circunstancias generales que hacen que un suceso suceda, no deja de ser un milagro porque no vivimos en un laboratorio perfecto donde se pueden aislar todos los elementos sino que existimos en un mundo en donde todo interactua con todo, haciendo que prácticamente todo sea improbable, impensable y un poco ilógico de suceder, pero sin embargo sucede.
Independientemente de si creemos que es producto de la divinidad o si conocemos la explicación científica, en hecho de que exista un planeta habitable, con las condiciones justas para crear un ecosistema tan variado como el nuestro, que no haya sido destruido o alterado por infinidad de causas posibles, es un milagro divino o estadístico.
El solo hecho de estar vivos es un milagro, considerando los infinitos riesgos que corremos todos los días. Virus, bacterias, accidentes, fenómenos de la naturaleza y millones de otras cosas pueden pasarnos todos los días. Por lo tanto, la vida pese a lo improbable, se abre camino todos los días. Si esto no es un milagro, no se cómo lo podríamos describir.
Por lo tanto, independientemente de si crees en una divinidad o crees en la ciencia, te invito a ver el mundo considerando que todo es un milagro. Valora la ínfima probabilidad estadística que originó tu vida, disfrútala al máximo y valora cada segundo porque no importa qué tanto conozcamos o nos preparemos, mañana puede pasar algo y el milagro finalizará.
También puedes ver la moción en el canal de YouTube.