En la moción de hoy, quiero hacer una defensa de los mal llamados “tibios”, aquellas personas que no se van a los extremos y que defienden una mirada más integradora, central y respetuosa. Por lo mismo, son tildados de tener pocas convicciones, posturas suaves y personalidad no definida. Pero esto a mi parecer, está lejos de la realidad, pues nada más difícil y retador que ser “tibio”.
En este mundo polarizado, globalizado y consumista, pareciese que la peor estrategia es ser “tibio”.
En mercadeo, si tu comercial es muy bueno o muy malo, ambas opciones tienen beneficios porque las personas hablan de tu producto y de tu comercial, está en la mente de los consumidores, y por lo tanto, lo peor que te puede pasar, es que sea normal, tibio, que pase desapercibido porque nadie lo recordará ni hablará de él.
En política es lo mismo, ser de izquierda o derecha vende y conquista votos porque es más fácil vender enemigos imaginarios, ofrecer soluciones simples y desviar el debate ideológico, manipulando las emociones. Al polarizar, las emociones son más profundas, especialmente el odio y la ira, así que movilizan más a las personas.
En redes sociales pasa igual, frente a cualquier tema, habrá personas que defiendan y ataquen, pero eso es lo importante, dar de qué hablar. Si no haces nada extremo, pasas desapercibido. En esos casos, es mejor pasar por “malo” y que muchas personas critiquen, porque con las vistas y los comentarios es que las personas reciben su sueldo.
Finalmente, con las pruebas psicológicas pasa lo mismo. Muchas de las pruebas te ponen una escala entre totalmente en desacuerdo y totalmente de acuerdo, y te recomiendan irte por un lado o por el otro, porque si siempre pones ni de acuerdo ni en desacuerdo, es que eres un “tibio” sin personalidad definida.
No obstante y pese a lo anterior, si queremos un mundo viable, respetuoso, abierto al debate, solidario, en paz y humano, son los “tibios” lo que lo harán posible. No hay otra opción. Sólo aquellos lo suficientemente valientes para buscar y promover lo bueno de ambos extremos y rechazar lo negativo, son los que nos permitirán reconciliarnos como sociedad.
Adicionalmente, son los de personalidad más fuerte y resistente porque se niegan a vender sus creencias y valores. Luchan a muerte en el medio, sabiendo que probablemente conseguirán menos votos, seguidores y/o compradores que los que se van a los extremos, pero deciden mantenerse “tibios” porque reconocen que es lo que realmente nos conviene como sociedad.
Por lo tanto, defiendo, agradezco y felicito a todos los “tibios” que trabajan día a día, buscando reconciliar los extremos de nuestra sociedad y crear un mundo mejor donde todos quepamos, aunque esto signifique tener menos votos, seguidores o dinero. Y los invito a todos a ser cada día más “tibios”, a ser mediadores, integradores y defensores de los derechos de todos.
Y te reto a hacer la prueba. ¿Qué es más fácil, juzgar el mundo desde tu visión de la realidad, o aceptar que otros pueden tener razón, estar dispuesto a escucharla e incluso a aceptarla, para poder construir una realidad que abarque ambas visiones? Te aseguro, juzgar es más fácil, por eso nuestra sociedad está cada vez más polarizada e intolerante.
¡Que vivan los tibios!
PD/ ¿Eres tibio? ¿Tienes la fortaleza para serlo? O ¿Quieres serlo? Entonces deja tu comentario o replica este mensaje diciéndolo en voz alta: Soy un tibio.