En un mundo cada vez más tecnológico y con grandes avances científicos, tendemos a desear encontrar respuestas técnicas para nuestros problemas humanos. Es por esto que ahora abundan los libros, videos, audios y demás formas de comunicación que “venden” ideas como “Las 7 claves para ser felices”, “Los 3 pasos para ser exitosos”, “Manual paso a paso para educar a tus hijos”, “Los 10 mandamientos para una relación de pareja exitosa”, “Pierde 10 kilos en 1 semana”, etc., que venden la idea de que podemos sistematizar, reducir, simplificar y procedimentar el comportamiento humano, cuando toda la evidencia nos recuerda permanentemente lo contrario.
No existen fórmulas mágicas o recetas perfectas para los deseos humanos, por mucho que lo deseemos. Los seres humanos somos supremamente complejos y una mínima variación puede cambiar profundamente el resultado. Es por eso que incluso los hermanos gemelos se comportan de forma diferente. No importa que tengan los mismos genes, la misma familia, la misma alimentación, la misma educación, etc., en algún momento tendrán experiencias diferentes, conocerán personas diferentes, decidirán caminos diferentes, desembocando en que cada uno, por muy similares que sean físicamente, tendrá una personalidad y una vida muy diferente.
Si eso pasa en ese nivel, pues que podemos esperar de la sociedad en general, en donde todos tenemos ADN diferente y nuestra educación, formación, composición familiar, creencias, juicios, recursos, ambiente, amistades y millones de cosas más son diferentes. Es por eso, en gran medida, que los estudios científicos aportan pero no pueden ser concluyentes, porque para tener certeza de algo todos tendríamos que vivir, pensar, actuar y sentir exactamente lo mismo durante toda nuestra vida.
Por consiguiente, no hay dietas perfectas y aplicables a todos, no hay rutinas de ejercicios que respondan igual a todas las capacidades físicas y no hay recetas simples y perfectas para ser felices, exitosos, educar correctamente a los hijos, construir un mundo mejor, tener buenas relaciones de pareja, etc. Es por eso que mi libro se llama “Ética para un mundo viable” y no “Las 6 claves para un mundo viable”, porque si bien menciono algunas ideas sobre cómo podemos construir un mundo mejor, no es una receta, no es una fórmula, es más vale una invitación a que todos aportemos desde nuestras diferentes realidades. Claro, el segundo título sería más vendedor, pero no sería real.
Aceptemos entonces que no hay fórmulas mágicas ni herramientas técnicas que resuelvan los problemas humanos y emocionales. Lo único que podemos hacer es vivir, experimentar y aprender. Lo que me funciona a mi, puede que no le funcione a todos los demás. Y al revés. Pero si podemos compartir esas experiencias ajenas, para que nosotros mismos experimentemos y saquemos nuestras propias conclusiones.
No somos perfectos y homogéneos, ni tenemos que serlo. Y es por eso que estas mociones no son píldoras de sabiduría, no son fórmulas ni secretos, son solo una invitación al diálogo y a la reflexión, para que cada uno saque sus propias conclusiones, viva su propia realidad, elija su propia felicidad y aporte su grano de arena para construir un mundo en donde quepamos todos.
¿Que piensas tú?
Adicionalmente, puedes ver el video: