Moción: ¿Por qué decidí escribir mi libro?

Durante el lanzamiento de mi libro “Ética para un mundo viable”, muchas personas me preguntaron sobre el origen del libro, qué me llevó a escribir sobre ética y cómo se enlazaba con mi vida. Ésta entrada busca responder esos interrogantes. Espero la disfruten.

Primero, he de aceptar que durante gran parte de mi vida me consideré una persona muy inteligente y poco emocional. La mayoría de las cosas las entendía fácilmente, así que tendía a ser terco y a pensar que siempre tenía la razón, lo que hacía que me aislara un poco de las personas. No obstante, muchas de las cosas que aprendía, las olvidaba apenas terminaba el examen, pues no siempre les encontraba utilidad práctica en la vida cotidiana.

Adicionalmente, creo que es normal, en la medida en que vamos creciendo, que nos encasillemos según las creencias de las personas que nos rodean, al considerar que esas categorías son una verdad universal. Por lo tanto, yo era así porque mi signo es Acuario, o porque mi hemisferio dominante es el izquierdo, o porque según diferentes pruebas y tests concluían que soy analítico y racional. Y entre más teorías confirmaban que yo era como era, entonces más creía que debía ser como era. Profecía autocumplida.

Afortunadamente, entre más vivía y entre más experiencias tenía, más me daba cuenta de la diferencia entre la teoría y la práctica, entre el saber cosas y el entender cosas, entre ser cómo te han formado y ser cómo quieres ser, entre la inteligencia académica y la inteligencia emocional, entre usar las palabras o que las palabras te usen, y así, de muchas cosas más en la vida.

Cabe resaltar que estas vivencias van siempre de la mano con las personas con las que las experimentas. Mi familia, esposa y amistades han sido parte fundamental de esta evolución, permitiéndome reflejarme en ellos para descubrir y decidir cómo quiero ser y cómo no quiero ser.

Así pues, cada día se hacía más latente en mí, el sentimiento o pensamiento de que muchas personas en el mundo no tienden a ponerse en los zapatos de los demás, no dedican tiempo suficiente a entender la posición de los demás y viven juzgando y criticando a los que consideran que son o piensan diferente a ellos. Así como yo solía hacerlo cuando era más joven. Y esto sólo lleva a discriminación, polarización y violencia.

En ese momento mis reflexiones me llevaron a concluir que la única verdad absoluta es, o debería ser, que todas las verdades son subjetivas, que la realidad como entidad aislada de nuestro ser no existe y por eso cada persona tiene la razón sobre su propia vida. Y aceptar esto me llevó a ver el mundo de forma diferente.

Cada vez me enojo menos porque las personas no se comportan como yo espero; cada vez paso menos tiempo enojado, esperando que los que me han “lastimado” vengan a disculparse porque entiendo que muchas veces ni siquiera saben que lo han hecho; cada día juzgo menos y trato de entender más; y por esto, cada día me siento más feliz, más conectado con las personas, más amoroso y más dispuesto a aprender y construir con todos los que hacen parte de este mundo.

Justo en ese momento decidimos con mi esposa irnos a vivir dos años a Londres, así que pensé en aprovechar este nuevo aire y cambio de rutina para ver cómo transmitir este mensaje y así aportar un granito de arena en la construcción de un mejor mundo. En esos días, me encontré con un amigo y hablamos sobre el tema, y me hizo caer en cuenta que además de la reflexión sobre la realidad, era necesario ofrecer algo más, hacer un aporte sobre cómo construir ese mundo, entendiendo la multirealidad en la que vivimos.

Así fue como nació “Ética para un mundo viable”, un libro con la intención de mostrar algunos ejemplos sobre la realidad múltiple y cómo al entenderla, podemos vivir mejor y ser más felices, pero también con la intención de dar una pautas sencillas que nos permitan a partir de ese punto, construir un mundo mejor para todos, independientemente de nuestras creencias, valores, formación, género, orientación sexual, nacionalidad, situación económica, etc. Lo más difícil fue buscar cómo transmitir el mensaje de forma universal e incluyente, respetando las diferencias y creencias, para que todos nos identifiquemos al leerlo y podamos aplicarlo.

El borrador del libro estaba listo y dos de mis grandes amigos y mi esposa sirvieron de editores y correctores, gracias a sus comentarios y sugerencias. Desafortunadamente me ocupé y no fue hasta que volvimos a Colombia que lo retomé, le hice todos los ajustes necesarios y lo publiqué, justo por los días, cuando el mundo estaba conociendo el Covid-19 y cómo una acción puede afectar al mundo entero.

Así pues, cómo lo dije en el video, este libro es tan mío, como de todos los seres que han pasado por mi vida, porque gracias a ellos hoy soy quien soy, pues me han servido de espejo para decidir quién quiero ser en mi vida.

Mensaje de mi sobrina Catalina: “Sebas estubo jenial tu cuento aun que no lo lei pero se que estubo jenial”(sic)
Espero que a todos les guste mi cuento, cuando lo lean.

Si eres parte de ellos, comenta cómo te ha parecido esta entrada, si has notado mi evolución y/o alguna anécdota de nuestra vida juntos. Gracias a todos y honestamente deseo que el libro sea de gusto para todos y les permita seguir creciendo como seres humanos para que juntos hagamos de este mundo, un sitio viable para todos, ahora y a futuro!

Un abrazo grande a todos, ¡los quiero!.

Moción: Tips de viabilidad – Parte 1

Gracias al gran interés en mi libro “Ética para un mundo viable”, he decido hacer una serie de entradas denominadas “Tips de viabilidad” que les ofrecerá una pequeña aproximación a lo que encontrarán en el libro. Espero que los disfruten.

Tip 1: La realidad como una totalidad objetiva es imposible.

Si aceptamos que “la realidad” como una totalidad objetiva es imposible debido a que toda aproximación a ella está mediada por lo que el ser humano puede percibir, medir y comprender sobre ella, entonces lo siguiente que debemos aceptar es que la realidad es múltiple, es decir, no hay una sola realidad sino que cada ser humano vive su propia realidad porque cada uno sólo puede vivir y experimentar lo que puede percibir, medir y comprender por sí mismo.

En la medida en que aceptamos esta premisa, entendemos que “pelear” por querer tener la razón es inútil, sólo nos lleva a discusiones sin sentido y a dividirnos entre los que perciben la realidad como yo y los que no. Y esta división no nos llevará a hacer una mundo viable para todos, sólo para los que piensan o son como yo.

Por consiguiente, para hacer viable el planeta para todos, debemos desapegarnos de la idea de querer tener la razón, de querer estar en lo correcto, y especialmente, de querer imponer por la fuerza esta razón y este “correcto” a los demás. Aprendamos a “compartir” nuestra realidad mediante el diálogo abierto y sincero, pero sin intentar imponerla.

Debemos enfocarnos más en escuchar a los demás, en entender el origen de su realidad, para que podamos conversar y poner en común lo que compartimos de realidad. Al centrarnos en lo que tenemos en común, podemos construir sobre esas bases, pero si nos enfocamos en nuestras diferencias, sólo para querer imponer nuestra realidad, no hay cabida para la construcción, solo para la destrucción.

En conclusión, si queremos un mundo viable para todos, debemos aceptar todas las realidades, tratar de comprenderlas y construir desde lo que nos une. Al fin y al cabo, la aproximación más grande que podemos tener sobre “la realidad” es cuando condensamos todas las realidades en una. Sólo lo que todos compartimos es lo que podríamos llamar como algo “verdadero”. Y hay dos cosas en las que todos deberíamos estar de acuerdo: todos somos humanos, independientemente de nuestras diferencias, y todos vivimos en este planeta llamado “Tierra”.

¿Qué piensan al respecto?

Los invito a comprar mi libro AQUÍ, si estos temas les parecen interesantes.