Hay una situación de la que no siempre somos conscientes y es que nadie puede dar de lo que no tiene. Y esto aplica en todos los aspectos de nuestra vida, a nivel financiero, religioso, emocional, corporativo, entre otros. Por lo tanto, entender esta realidad puede ayudarnos a mejorar nuestra vida y la de los demás.
Por ejemplo, a nivel financiero, si nuestras deudas superan nuestros ingresos, somos financieramente inviables. Puede que aguantemos por un tiempo, que logremos con préstamos solventar algunas situaciones, pero eventualmente, la deuda será inmanejable y perderemos todo lo que hemos construido. La solución puede ser reducir los gastos y/o aumentar los ingresos, para que al final logremos tener más ingresos que gastos. En esta situación, podemos dar de lo que tenemos, sin sacrificarnos a nosotros mismos.
A nivel personal y emocional, es lo mismo. Sólo si nos amamos y respetamos a nosotros mismos somos capaces de amar y respetar a otros. Depender de que otros me amen y me respeten para que yo lo pueda hacer, o para que yo me ame y me respete es como vivir de préstamos. Eventualmente los préstamos serán impagables. Por lo tanto, no podemos pedirle o exigirle a los demás que nos amen y nos respeten, si primero no nos amamos y respetamos a nosotros mismos. Debemos entonces construir primero nuestra autoestima, nuestro amor propio y nuestro auto respeto para poder estar dispuestos para dar amor y respeto a otros.
Y en el ambiente corporativo pasa de la misma forma. Las empresas pueden crear y pagar las mejores campañas de publicidad, que si lo que ofrecen no es el reflejo de lo que son, eventualmente esa imagen fabricada es reemplazada por la imagen real. Por ejemplo, es como cuando uno está buscando un hotel y las fotos se ven fantásticas, pero los comentarios de los huéspedes son terribles. O cuando una empresa publicita que es líder en servicio, pero consistentemente en cada interacción con ellos, la experiencia de servicio es un fracaso total. En este sentido, las empresas pueden igualmente vivir de crédito publicitario sólo hasta que los clientes conozcan cómo son por dentro, y en ese momento puede que ya sea muy tarde. Por lo tanto, lo que “vendemos” hacia afuera sólo puede ser el resultado de lo que “somos” internamente.
Y así, en todos los aspectos de nuestra vida. Por lo tanto, si comprendemos esta situación, entenderemos que siempre el primer paso es trabajar hacia el interior para construir las bases que luego nos permitan dar de lo que ya tenemos. Y por consiguiente, entenderemos también que no podemos pedirle o exigirle a los demás que nos den algo que ellos no tienen. Pedir que la gente no sea violenta cuando es lo único que tienen, o que sean más educados cuando nunca han aprendido lo que esperamos de ellos, es como pedirle a alguien que se autodestruye con drogas y violencia que nos ame y respete, o como pedirle a un indigente que nos preste para construir nuestra casa.
Finalmente, si sólo podemos dar de lo que tenemos. ¿Qué tienes tú para darle al mundo? ¿Amor, respeto, tolerancia u odio, violencia y temor?
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Excelente reflexión, abrazo
Gracias, me alegra que te haya gustado esta reflexión.
Todos podemos hacer parte de un mundo feliz cuando se aplican y practican estos conceptos. Felicitaciones 👏
Gracias Jorge, ese es el objetivo, que podamos interiorizar estas mociones para construir un mundo feliz para todos.